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No pasa nada,
puedes ignorarme
huir
mirar a otro lado
que yo seguiré ahogada.

No pasa nada,
juegas conmigo como si de una muñeca se tratara,
lo haces también con otras
pero,
lo que ellas no saben,
es
que yo
estoy enamorada.

No pasa nada
fui yo la que caí
la que no paro de tropezar
con el mismo señuelo,
que tú me tirabas.

No, enserio, no pasa nada.

La poesía del Abecedario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora