Los hermanos Sol y Luna:

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En un pequeño mundo creado por el rey del cielo y la diosa Tierra, nacieron dos hermanos de su vínculo de amor: la pequeña Luna y el pequeño Sol. Ambos fueron designados como los guardianes del ciclo del día, con Luna trayendo la noche y Sol trayendo el día.

Los hermanos crecieron juntos, compartiendo momentos de risas y complicidad mientras cumplían con sus roles divinos. Durante el día, Sol iluminaba el mundo con su cálido resplandor, mientras que Luna pintaba el cielo nocturno con destellos de estrellas y la suave luz de su plata.

Sin embargo, la paz y armonía del mundo se vieron amenazadas cuando Luna comenzó a sentirse sola durante las noches. Mientras las criaturas dormían, ella anhelaba la compañía y la alegría que Sol disfrutaba durante el día. La envidia y la tristeza comenzaron a nublar su corazón, y finalmente, decidió confrontar a sus padres.

Con lágrimas en los ojos, Luna expresó su angustia y su sensación de injusticia. Su padre, con voz serena pero firme, le recordó la importancia de su papel como guardiana de la noche, asegurándole que su labor era igualmente valiosa que la de su hermano.

Afligida y en conflicto, Luna se retiró a su habitación, donde encontró la daga de plata que su padre le había regalado. Mientras la sostenía en sus manos, inundada por la tormenta de emociones, un oscuro plan comenzó a tomar forma en su mente.

Aquella noche, mientras Sol dormía plácidamente, Luna se acercó a su habitación con la daga en mano. Pero justo antes de cometer el acto irreversible, los recuerdos felices de su infancia con su hermano inundaron su mente, recordándole el profundo amor que compartían.

Con lágrimas de arrepentimiento, Luna arrojó la daga lejos de su hermano y corrió a refugiarse en su habitación. El peso de su intento fallido la abrumaba, pero también la llenaba de un profundo alivio por haberse detenido a tiempo.

Al día siguiente, Luna se armó de valor y confesó a Sol su intento desesperado. Para su sorpresa, en lugar de reproches, Sol la recibió con comprensión y ternura. Prometió estar siempre a su lado, recordándole lo mucho que significaba para él su hermana menor.

El perdón y el amor entre los hermanos se manifestaron en un hermoso eclipse que cubrió el cielo, como símbolo de su unión indestructible. A partir de entonces, Luna comprendió que, aunque las noches pudieran ser solitarias, la presencia y el amor de su hermano eran su mayor tesoro.

Juntos, continuaron su tarea de traer luz y oscuridad al mundo, fortalecidos por el vínculo indestructible de su amor fraternal.

FIN.

Los Hermanos Sol Y Luna (cuento Cortó)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora