141 4 4
                                    

Seokjin estaba trapeando la cocina cuando escucho la campanilla de la puerta del café sonar. Se acomodó el mandil y se estiro con un suspiro.

"Está cerrado," dijo sin mirar realmente a la persona que había entrado, "Disculpe, pero tendrá que volver mañana."

Pero luego una voz familiar dijo, "Está bien hyung, solo soy yo."

"Oh, Hoseok-ah. Estoy aquí," Seokjin dijo con una sonrisa, continuando lo que estaba haciendo. Escucho pasos y luego sintió brazos alrededor de su cintura y labios en la parte de atrás de su cuello. "¿Cómo estuvo tus clases?"

"Bien," Hoseok respondió, sus dedos jugando con los lazos del mandil que Seokjin traía puesto. "Tengo a un estudiante afuera, por cierto. Estaremos chequeando los horarios para la presentación de la siguiente semana."

"Okay," Seokjin asintió, "¿Les sirvo algo?"

"Todo lo que tengas, me muero de hambre."

Seokjin se rio y volteo para darle a Hoseok un beso en los labios antes de mandarlo de regreso con su alumno. Termino de limpiar la cocina, escuchando la voz de Hoseok afuera en el café mientras hablaba con su estudiante. Cuando termino de limpiar, Seokjin lleno un plato con algunos biscochos y kekes que no se habían vendido ese día y salió en búsqueda de Hoseok. Lo vio en una mesa cerca de la ventana, hablando muy animosamente con un chico en un poleron negro, el cual estaba asintiendo con la cabeza y observando fijamente a la laptop en frente suyo. Seokjin se detuvo a hacerles café, cuando las bebidas estaban listas, se encamino hacia la mesa.

"Café para los bailarines," dijo mientras ponía las el plato sobre la mesa y poniendo la taza en frente de Hoseok. Volteo y sonrió al estudiante de Hoseok, "No estaba seguro de que es lo que querrías de tomar, pero no te sientas obligado a tomarlo si no lo deseas, ¿Cuál es tu nombre?"

Pero el estudiante no respondió. Se quedó mirando a Seokjin con ambos ojos muy abiertos y su boca un tanto abierta en asombro. Su cabello cayó a sus ojos pero no hizo ningún movimiento para acomodarlo nuevamente. Es como si se hubiera olvidado que es lo que estaba pasando a su alrededor. Como si todo el mundo hubiera desaparecido y lo único que importaba era Kim Seokjin.

Seokjin cerró los ojos en frustración. "Ah... déjame adivinar. ¿Estás viendo todo en color ahora?"

El estudiante se paró rápidamente y se sonrojo, mirando cautelosamente a Hoseok. El asintió.

Hoseok los miro a ambos con curiosidad. "Hmm.. Okay, creo que los dejare solos por un momento." Dijo, levantándose, guardo su laptop y miro a ambos nuevamente. "Te veo en casa, hyung. Y Jungkookie, te llamare en la mañana para continuar viendo el horario."

"¿Qué?" Jungkook no le presto mucha atención a Hoseok y cuando volteo a verlo este ya estaba saliendo por la puerta. "Oh, uh... Okay, hyung," Inmediatamente volteo de nuevo su mirada hacia Seokjin, con ambas mejillas sonrojadas.

Seokjin tomo la silla vacía de Hoseok y se sentó, tomando el café que este abandono. La crema seguía teniendo un color gris – como todo el mundo. Suspiro. Y empezó a explicar...

Todo esto comenzó cuando Seokjin tenía ocho años, porque ahí fue cuando conoció a Min Yoongi. Sus primos se habían mudado a Daegu y ese verano su familia fue a quedarse con ellos por una semana. Las vacaciones no fueron nada fuera de lo común los primeros días - visitas estándares a museos, parques y más comida de la que Seokjin podía comer. Entonces un día, los vecinos de su primo fueron a almorzar con ellos y llevaron a su hijo: un niño con una cara redonda y piernas rechonchas en un short beige. Seokjin entro a la cocina para encontrarse a los vecinos sentados en la mesa tomando te, conversando tranquilos. Se presentó de la manera en que sus padres le enseñaron, y en ese momento fue cuando Yoongi grito y cayó al piso, sus manos tapando su rostro en shock.

Pink and Grey cupcakes  | BTSWhere stories live. Discover now