La Intromisión De Chenzyra

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Aiden caminaba tranquilamente por un pasillo de la universidad dirigiéndose a la biblioteca, va un poco distraído pensando en el retraso que tiene en sus evaluaciones por la semana que faltó a clases, Azúcar le ayudó mucho, pero aun así, hay apuntes e investigaciones que no tenía y debía ponerse al día con todo eso, la biblioteca estaba llena así que obviamente no tendría espacio para estudiar allí, eso sin mencionar que no se sentía muy a gusto rodeado de tanta gente, se acercó a la bibliotecaria, una señora de unos cuarenta y tantos de cabello negro ligeramente canoso y lentes llamada Verónica.

_Buenos días señora Verónica, ¿Como está?

_Aiden, Aiden, ya somos de confianza niño, hablame de tu, casi vives aquí, bueno, cuando no hay gente, es raro verte en este momento.

_Está bien Vero_ le dijo Aiden con una sonrisa_ necesito unos libros, me retrase una semana y tengo mucho que investigar.

_Si, supe algo de eso, me preocupé un poco por ti, me pareció mucho tiempo para no venir a la biblioteca. ¿Sucedio algo?

_Nada grave, solo estuve un poco enfermo.

_Que mal, en estos días hay muchos virus rodando por ahí. Ahora dime, ¿Que necesitas?

_Algo que tenga referencias a "El Banquete" de Platón, o algo que haga referencia al " amor platónico" y la percepción de la belleza, los cánones de belleza en la prehistoria, arquitectura en el siglo XIX, runas célticas, esculturas mesoamericanas y su efecto en el diseño en el siglo XXI.

_Esos son muchos libros, pero creo que los tengo todos... _Le dice la bibliotecaria mientras toma notas en el historial de prestamos_ te los daré todos, no creo que puedas estudiar con este montón de gente aquí, aunque debo decir, soy una amante de los libros igual que tu, pero deberías probar la internet de vez en cuando.

_Tengo internet, pero a la hora de tomar notas bibliográficas es un enredo, no todas las paginas que uno visita tienen información de autores ni tampoco fechas o algo parecido, me gusta tomar esas notas al final de cada investigación.

_Tienes hábitos de gente maniática del orden Aiden._ le dijo la bibliotecaria con una carcajada._ ahora, hay algo que no te había querido preguntar, ¿Que estás haciendo? Estás muy diferente, demasiado.

_¿Diferente?

_No te hagas el tonto, has cambiado hasta tu forma de hablar, y te estás volviendo un bombón, siempre has sido lindo, pero ahora estás mas musculoso y todo eso.

_Ehhh... Bueno, estoy yendo al gimnasio.

_¿Y estás usando algún tipo de suplemento o algo así?

_Solo creatina y un complejo multivitaminico._ dijo Aiden ruborizándose.

_Bueno, ten cuidado con esas cosas, y por lo demás, me alegro por ti, se te ve hasta mas animado, me alegra que estés bien Aiden, ahora vete a estudiar.

Aiden se despidió de Verónica, esta le miró fijamente y notó su espalda ancha y la forma de "V" que se notaba marcada al llegar a su trasero apretado, ella sonrió mientras él cruzaba la puerta, el muchacho sí que había cambiado mucho, en muy poco tiempo.

Cuatro horas después Aiden seguía estudiando, salió a la cocina de su casa a buscar algo de comer, se cruzó con su madre en un pasillo y esta le miró de una manera que sintió muy extraña, no porque le haya mirado mal, todo lo contrario, pero sentir que le mirara de esa manera no le alegró, todo lo contrario, le puso nervioso, pues lo miró como queriendo acercarse a él.

Aiden nunca sintió amor de parte de su madre, esta le cuidaba y le ayudaba cuando era un niño, claro, pero nunca tuvo esas atenciones especiales que otras madres tendrían con sus hijos, un abrazo, un beso, o al menos una palabra de aliento, no es que lo tratara mal, pues tampoco lo maltrataba, solo no era cariñosa.

Como Curar La Homosexualidad En Diez Sencillos Pasos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora