Parte 8:El Monstruo

5 1 0
                                    

Eran ya las ocho de la mañana, los pájaros cantaban, el olor a petricor emanaba de la tierra, pero. A pesar de todo hacia un calor infernal y sumido en un traje negro de bata y corbata y un anillo dorado con el símbolo de una serpiente tatuado en el mismo, había un hombre en este, tenia unos ojos color hazel |brillante los cuales revelaban lo mas recóndito de su interior, una barba y un bigote de una semana o menos y dejaba revelar rasgos asiáticos, tras de el habían otros tres hombres fornidos y el único lugar donde no tenían tatuajes era en rostro el cual irónicamente era feo y deforme, sin embargo, no era tan desagradable como ellos mismos. Sentado al frente de ellos, estaba un delator o como se le dice coloquialmente un "sapo"

Por favor, no me mates-dijo el con un atisbo de esperanza que no se iba de el

¿Quieres café?-dijo el asiático, cortésmente

Sí, gracias-dijo el

El café se bebió con una calma artificial, cuando se termino de beber este, el delator dijo a continuación:

Puedo acabarlos, pu-pu edo darte in in formación-dijo el tartamudeando

Shhh...Cállate-dijo este con cortesía y una notable tensión en su cuerpo la que hizo brotar una vena en la mitad de su frente de formar vertical. Extendió la mano, Le pasaron un cuchillo de carnicero y entonces dijo

¿Cómo me llamo?-exigió el con una fingida con un fingida cortesía-¡Como me llamo!

¡André!-dijo el con un notable miedo-André Fierro

¿Y cómo me dicen?

El monstruo-dijo el hombre con un respeto que impregnaba un miedo en la atmosfera

Así es-dijo el-Por qué lo hacen?

Porque...

No lo sabes, ¿cierto?

No

Ahora lo sabrás

Acto seguido, los dos hombres lo esposaron, lo golpearon, le pusieron una capucha y se dirigieron al bosque, compraron un galón de gasolina ,una caja de cigarrillos y siguieron el curso trazado, hacia el bosque mientras escuchaban música alegremente, el monstruo reía de una manera maquiavélica en el asiento al lado del conductor . lo sacaron de la cajuela y de una caja sacaron martillos que este hombre no podía ver, pues le habían puesto una gruesa bolsa en la cara. El hombre suplico nuevamente por su vida, pero. Ya era tarde para eso. Primero empezaron con las piernas, de unos grandes bolsos sacaron sendos martillos y le golpearon las piernas con una furia desatada y metódica, cuando ya le estaban moreteadas sus piernas después sacaron sierras de debajo de los asientos y se las cortaron con suma tranquilidad, el tipo aun seguía vivo, perdiendo la conciencia, pero vivo al fin y al cabo, después de eso, siguieron el mismo método con los brazos y como si eso no fuera suficiente, le sacaron los órganos para venderlos en el mercado negro o cocinarlos en un restaurante o dárselo de comer a su esposa e hijos diciéndoles que era un regalo de la empresa.

¡Púdrete ,André! –rugió el hombre descuartizado-¡Vete al infierno

¿Y de dónde crees que vengo?-dijo el monstruo mientras le escupía en la cara y se dirigía a dar una largada calada a su cigarro, después de sacar los órganos, sacaron un barril de gasolina el cual vaciaron en el cuerpo de la persona

¿Quieres un cigarro?-dijo el monstruo

-Por favor, para

-Tomare eso como un no

A continuación el cuerpo del delator ardió como el algodón y así fue como su vida se esfumo, aunque ya a nadie le importaba. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 12, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PASAJERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora