La joven bruja caminaba por aquel bosque que conocía como la palma de su mano, tranquilamente podría caminar con los ojos cerrados y no tropezar con una roca o raíz. Ese día era el cumpleaños de su hermano menor por lo que ella decidió internarse en el bosque para buscar algunas moras y hacerle un pastel. Su hermano adoraba el pastel de moras. Caminó por varios minutos hasta que llegó a los arbustos donde solía recolectar dicho fruto, pero al parecer estos habían sido atacados por los pájaros. Recolectó las pocas moras que podían utilizarse y siguió caminando tenía que encontrar más si quería hacer aquel pastel. Caminó un rato más hasta que encontró otro arbusto cargado de moras, comienzo a juntarlas pero se detuvo al escuchar un extraño sonido, era alguna especie de chirrido que por alguna razón no cesaba. Miró a su alrededor y comenzó a caminar en dirección del sonido. Pasó junto a unos árboles que se le hicieron algo extraños, pero no les dio importancia y tras caminar unos pocos minutos se encontró en un pequeño claro y en medio de ese claro se erguía una torre, alta y algo destartalada, algunas enredaderas crecían pegándose a sus muros y se colaban por los agujeros que había en estos. Algo en aquella torre la llamaba y la joven bruja no pudo evitar acercarse, cuando estaba a unos pocos pasos la enorme puerta de madera simplemente se abrió y la curiosidad fue más fuerte que la bruja. Entró en la torre y subió por aquellos escalones. Al llegar arriba otra puerta se abrió y sin siquiera dudarlo entró en aquella habitación…
—Mamá —interrumpió el pequeño pelinegro de ojos azules—… Marcus puede volver pronto no deberías estar contándome un cuento.
—Mi cielo no te preocupes tu papá no va a volver en un largo rato —respondió la hermosa mujer de ojos grises y cabello negro largo y ondulado—… Además no es un simple cuento, quiero que prestes mucha atención…
A sus 6 años aquel pequeño podía leer perfectamente la mirada de su madre y la manera en que lo miraba en ese momento le decía que eso en verdad era importante, por lo que asintió y dibujó una pequeña sonrisa en su rostro para seguir escuchando.
La puerta de la habitación desapareció, la joven bruja ahora se encontraba encerrada en aquella torre sin salida alguna. Ella se desesperó, gritó, lloró e intentó hacer un incontable número de hechizos, pero nada funcionaba allí. Ya estaba perdiendo toda esperanza cuando de repente comenzó a sentir un extraño cosquilleo y al mirar sus manos noto que estás comenzaban a desaparecer al igual que el resto de su cuerpo. Cerró sus ojos con fuerza pensando lo peor y así cómo comenzó, el cosquilleo se detuvo y al abrir los ojos noto que su cuerpo seguia siendo igual de sólido que antes, miró a su alrededor y ya no estaba en aquella Torre estaba en un bosque, pero ese no era su bosque, no era el bosque en el que ella había crecido, aquel que conocía como la palma de su mano.
Caminó durante un largo rato sin dirección alguna, sólo quería encontrar una salida, y cuando finalmente la encontró descubrió que ese no era el lugar donde vivía ni siquiera era el tiempo en el que ella vivía…
—¿Cómo es eso posible? —preguntó el pequeño algo confundido.
—No lo sé amor, en verdad no lo sé… pero quiero que sepas algo y que lo recuerdes siempre, aún cuando yo no esté… te amo con todo mi ser y no hay nada que quisiera más que poder estar a tu lado para siempre…
—¿Mamá te iras?
—Mi tiempo aquí se termina, la torre vendrá por mí y no hay nada que puedo hacer para cambiarlo… recuerda esta historia y recuerda cuánto te amo Theo —murmuró la bruja con sus ojos empañados por las lágrimas antes de dejar un dulce beso en la mejilla de su niño.
Sabía que su tiempo allí estaba contado y eso era todo lo que sabía. Quería explicarle todo a su hijo, pero cómo hacerlo si en verdad no tenía respuestas para todas las preguntas que ella misma se hacía. No quería abandonar a su hijo, no con ese hombre… pero ya no podía hacer nada, solo podía llevarse lo puesto y con suerte no perdería su varita en esa ocasión.
Ya lo tenía todo preparado, una carta de despedida, un diario que inició cuando supo que estaba embarazada. Ese era su primer hijo y no sabía qué esperar, no tenía la más mínima idea de que sucedería cuando el momento llegara. Ella jamás deseó una vida así, solo quería volver a casa pero ahora su corazón se partía de solo pensar que su amado pequeño no la acompañaría.
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Ok. Nueva historia. Nuevo Nottgood.
No prometo nada pero trataré de actualizar cada 15 días o en su defecto una vez al mes, todo dependerá le qué tan ocupada me tenga el mundo muggle.
Espero que les guste está nueva historia, que les adelanto va a dar para largo.
Saludos, nos leemos.
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La Torre
FanfictionCuenta la leyenda que en algún lugar del mundo mágico existe una vieja y destartalada Torre llena de magia, que cada cierto tiempo escoge a alguien con magia y se lo lleva. Theo había escuchado esa historias y se le hacía difícil creer que era real...