2. Harry lo encontró y...

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-¡Segunda y tres, Woodstock Academy sólo necesita de un pase completo para lograr el touch down que los llevará a la victoria!

Harry escucha el grito del presentador lleno de euforia, oye también al emocionado público en las gradas alentándolos, y las palpitaciones de su corazón agitado y nervioso.

Pero todo está en un segundo plano por el momento y sólo puede enfocarse en la próxima jugada, la jugada que puede llevarlos a la victoria.

-¡Uno!, ¡Dos!, ¡Woodstock!- grita junto a sus compañeros para dar por concluido el tiempo fuera y deshacen el círculo formado para correr de vuelta a la cancha.

Los virotes aumentan.

Harry respira, una, dos, tres veces.

-¡Y ahí van!- vuelve a gritar el narrador mientras comienzan a tomar su formación en la línea de scrimmage.

-¿¡Será que Harry Styles, el jugador estrella de Woodstock, logre llevarlos a su segundo campeonato consecutivo?!- pregunta el narrador mientras se enfrentan al equipo contrario.

La frase logra descolocarlo por un momento, siente el peso de esta victoria sobre sus hombros, pues un equipo, no, una escuela entera tiene la esperanza pendiente en sus acciones, cada alumno, maestro y personal del privilegiado instituto espera que de lo mejor de él, esperan que les de la victoria.

Y Harry va a hacerlo, va a darles una sonrisa a todos, porque todos merecen la felicidad en sus vidas, absolutamente nadie merece estar en la penumbra y bajo sentimientos dañinos.

Enfrenta la mirada con uno de los gigantes jugadores oponentes, el cual luce a punto de lanzársele encima apenas la jugada inicie.

Respira otra vez y cierra los ojos por un momento en búsqueda de la chispa que encedera todo su cuerpo para ganar, un par de ojos azules se cruzan entonces como mariposas revoloteando en centenares de momentos en su mente.

Y si, esa es la chispa que necesita, su única inspiración en la vida además de su madre y hermana, la única persona que logra hacerlo sentir lleno de acuarelas derritiéndose en suaves caricias.

Él es arte y la musa que le da vida.

Imagina su sonrisa cuando ganen, sus pequeños brazos rodeándolo orgullosos, y es como polvora encendiendo su piel.

-¡Treinta y dos!- grita lleno de adrenalina renovada. -¡En base!, ¡Cuatro!, ¡Hop!

Se desliza con rápideza para librarse del chico gigante que tenía intenciones de derribarlo y escucha los cascos golpeándose como espuelas a su alrededor.

La energía se encuentra hasta la punta de sus pies y es como si estos se moviesen solos sabiendo exactamete que hacer, él es británico, pero debe aceptar que el fútbol americano lo atrapo desde su primer entrenamiento, como si su cuerpo estuviese hecho para jugarlo.

Esquiva todo rival que se intenta lanzar sobre él, el sudor corre por su frente cuando voltea atrás, su compañero de equipo tiene el balón y lo lanza en su dirección, entonces el tiempo se detiene, deja salir una respiración de anticipación, hay muecas de expectación moviéndose lentamente en todas las gradas y la voz del presentador diciendo las yardas por la que sus pies se están deslizando.

El balón gira y gira mientras él estira los brazos...

-¡Styles le da el campeonato a su instituto por segunda vez consecutiva!

Puede oír cuando el balón ha tocado sus dedos y él esta cayendo en la zona de anotación.

¡Lo lograron!

Y aun así... (l.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora