Dorrety se encontraba en los aposentos de la condesa, comenzaba a anochecer y debía apresurarse si deseaba terminar de ayudar a la anciana para el baile.
- ¿No es esto emocionante, querida? - exclamó la condesa, palmeando sus manos sonriente -
- Por supuesto, milady - mintió Dorrety, mientras ensartaba el último broche de oro en la pechera del lujoso vestido de la condesa. Odiaba la idea de volver a participar de un baile. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que hubo asistido a uno y aquella vez había sido fatal. Al menos esta vez nadie notaría su presencia, sólo debía limitarse a saludar, traducir, y empujar la silla de ruedas.
- No pareces muy entusiasmada, cariño. Es una pena teniendo en cuenta lo preciosa que luces - dijo la anciana, estrujando una de sus mejillas, afectuosa - Podrías conquistar mil corazones esta noche, tienes que divertirte. Hazlo por mí.
- ¡Oh no! Me basta con su compañía, milady. Además es mi deber estar con usted - al menos por ahora, pensó -
- Me haría muy feliz si alguien te invitara a bailar, tal vez persuada a algún caballero de hacerlo -
- Por favor, no es necesario. Además no sé bailar - suspiró.-
- Está bien si no quieres, tienes mucho tiempo para acceder. Estas fiestas se extienden meses en algunas ocasiones. Las adoro. - dijo la condesa, con aire soñador - Conocí en una de ellas a mi maravilloso marido. Yo hice mi presentación en sociedad aquí ¿sabes? Mi padre era invitado del difunto conde en cada estancia, hacían negocios juntos -comentó- Desde que entré por primera vez a esta casa, no pude hacer otra cosa más que amar a ese hombre, hasta que decidió dejarnos siete años atrás -
Dorrety no pudo contener las lágrimas al oír eso, la mujer parecía estar hundida en la felicidad y la nostalgia cada vez que hablaba de su difunto esposo, ya lo había hecho otras veces y siempre parecía tener la misma expresión solemne.
- Me gustaría poder amar así alguna vez - susurró ella, con la voz cortada -
- Y lo harás, cariño, te lo digo yo. Eres hermosa, inteligente y astuta, el dinero no lo vale nada. Cuando me casé con el conde no tenía ni un céntimo, pues mi padre hubo perdido toda mi dote hasta haber dicho los votos. Sin embargo él nunca dudó en aceptarme. Además, yo era una jovencita irresistible como tú - aseguró la anciana con picardía, enjugándole las lágrimas con el pulgar - No arruines tu hermosa apariencia, chiquilla. Me harás llorar a mi también -
- Oh, por favor. No quiero arruinarle la noche con mis cursilerías, milady. Sólo espero de corazón que esté usted en lo cierto. -
- Así será, ya lo verás -
La noche era perfecta, no muy fría, no muy calurosa. La sala estaba perfectamente decorada, no muy sobria, no muy ostentosa. La comida había sido escogida a la perfección, no muy común, no muy extravagante. Todo estaba destinado a ser perfecto.
Los invitados no tardaron en bajar y ocupar cada rincón vacío y la suave música ya empezaba a sonar bajo sus oídos atentos. Antes de la cena, había organizado un pequeño recibimiento a cargo de un cuarteto de músicos de cuerda. Sus bailes siempre se habían caracterizados por aquellos detalles y eso le encantaba, pues amaba la notoriedad que ello le proporcionaba.
A pesar de su percance con Dorrety más temprano, el resto del día había sido muy apacible y no pudo evitar sonreír al ver lo encantadora que parecía iba ser esa noche. Saludó cortésmente a cada invitado que se acercó a saludarlo y a agradecerle la invitación, se presentó a cada señorita que daba a conocerse en sociedad esa noche, como en cada estancia.
Sin embargo, pudo percibir que su tranquilidad iba a perecer allí mismo cuando la vio.
¿Qué demonios hacía esa mujer en la sala? Pensó, hasta que se percató de la presencia de su madre a su lado. Él mismo le había sugerido que su acompañante podría llevar su silla de ruedas durante las veladas ¡Cómo se arrepintió de ello ahora mismo!
ESTÁS LEYENDO
Más que una plebeya para mí
Romance"Cuando te veo, lo único que deseo hacer es correr en dirección contraria... Y luego volver para poder besarte" Dorrety Magory es todo lo que siempre quiso ser: una joven independiente, madura, segura de...