Golden no había podido ir a la casa del pelirrojo el día anterior.
El día siguiente solo paso viendo el reloj, quería que las manecillas fueran mas rápido pero estas hacían todo lo contrario
Estúpidas cosas vallan mas rápido -susurro molesto apretando sus manos-
El sonido característico del timbre sonó, anunciando que las clases habían acabado, sin esperar un segundo mas Golden salio corriendo rumbo a la casa de Foxy, obviamente se sabia la dirección de memoria. El pelirrojo se la había dado, cuando por fin llego pudo observarlo bajo la sombra de un árbol.
¡Foxy! -grito con alegría, acercándose al mas alto el cual de vestimenta solo portaba una larga camisa negra con revuelos al final y un pequeño short del mismo color-
¡Golden, hola! -el de las manchas violáceas se acerco para abrazarlo- me hacías falta -sonrió revolviendo los cabellos del mas bajito- ¿nos sentamos?
Claro que si, traje algunos bocadillos, ¿quieres? -se quito la mochila cuando ya estaban bajo la refrescante sombra-
Obvio -rio sentándose junto al rubio, el cual dirigió su mirada a las piernas del de ojos ámbar, ignorando sus uñas pintadas-
Foxy tus... -el otro le interrumpió-
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Si Golden, paso hace días solo que no te las podía mostrar, pues no me quitaría el pantalón -rio por lo que dijo, tratando de cambiar de tema-
Ambos chicos tuvieron una tarde tranquila sin hablar de los golpes del mayor.
