Foxy no apareció en la escuela por una semana, Golden tenía miedo de que algo le hubiera pasado a su mejor amigo. Perdió total comunicación con él.
El último mensaje del de ojos ámbar fue "Megustas" de ahí en mas nunca le contestó, ni sus llamadas, ni mensajes, ni audios... Nada.
Pasaron seis meses desde ese incidente, Golden ahora tiene quince años. Gracias a un chico el cual le es desconocido supo que el pelirrojo estaba en un hospital cerca del cementerio del pueblo.
(desde el día que Foxy no llego sus padres dijeron que estaba en otra escuela para aprender francés y que después volvería a retomar sus clases).
¿Este es? -se preguntó el chico de ojos grises entrando al lugar, era pequeño y muchas personas esperaban ser atendidas- disculpe -se acercó al recepcionista el cual solo levantó una ceja y asintió para que continuara- buscó a un chico pelirrojo de nombre Foxy
Habitación 32B -dijo sin ganas-
Gracias -se fue en busca de dicha habitación- esta -entro al lugar observando que era de muy reducido espacio, parecía ser la habitación menos cuidada pues el moho escurría del techo- que mierda de lugar
Se acercó al Foxy sus ojos cerrados dejaban ver los horribles golpes en sus párpados, las bien marcadas ojeras, sus labios partidos, se veía mas delgado, eso le asusto dirigió su mirada a las manos del chico.
Sollozo en silencio al verlas, ¿porqué no pudo ayudarle? ¿porqué Foxy no abandonaba a su familia? Era un inútil, no podía defender a la persona que amaba. Con su corta edad conocía muy bien el término de amar, él ama, adora, quiere a Foxy, listo, para él eso es amar.
Las tomo con cuidado sintiendo que estas mismas le sujetaban levemente y una sonrisa se formaba en el rostro del mas alto aun en su inconsciencia.
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Teamo -susurro Golden dejando que su cabeza descansará al borde de la cama-
