Ya ha pasado mucho tiempo desde el día en el que me marche de Venezuela y me nos hemos unido al Ojo
Flashback~
Mi mejor amiga y yo, siempre tuvimos un gran sueño, ser ilusionistas, creíamos en “El ojo” como nada, queríamos ser parte de ello, era nuestra metaEramos muy felices con nuestras parejas, Víctor y la pareja de mi amiga Angel, siempre estábamos saliendo y siempre SIEMPRE planeábamos trucos de magia, inexplicablemente a ellos les emepzo a gustar cuando mi mejor amiga y yo (Eva) les enseñamos. Eramos un grupo, aunque realmente no teníamos nombre, todos hacíamos algo diferente como por ejemplo
Isabella Sheffer: Es la carismática, sarcástica y algo arrogante del grupo. Una experta predigistador y puede manipular a otros con facilidad. Todo lo que ha aprendido lo aprendió con su mejor amiga a los 14 años, su mejor amiga era su espectadora
Eva Winston: Una chica dulce y tierna la cual es la hipnotizadora del grupo, una tramposa que quiere abrirse camino en las mentes de otras personas. Todo lo que ha aprendido igualmente lo aprendió con su mejor amiga a los 14 años, su mejor amiga era su ayudante
Víctor Scott: Otro chico carismático, arrogante, egocéntrico sin duda alguna y repugnante(ok, eso ultimo lo agregue yo). Es un gran carterista, el cual también puede robar cosas sin que se den cuenta, billeteras, relojes, celulares, etc. Todo aprendido a sus 18 años al conocer a Isabella Sheffer, la cual lo ayudo con sus trucos ya que no servía para nada, maldita basura (ok, lo admito, también lo añadí yo)
Angel Brown: Buen escapista y decapitando animales tal como puede colocarlo nuevamente a la normalidad. Todo aprendido al hacerse novio de Winston, la cual lo ayudo a buscar trucos y perfeccionarlos, ya que era una basura (esta fue Eva, ok)
Todos eran grupos, eran considerados “felices”, hacían magia para ellos mismos y una que otras veces se habían presentado en Caracas, Capital de Venezuela, plaza Altamira. Adems que acostumbrábamos mucho a ver los grandes show de los mas buscados “Jinetes” nuestros grandes ídolos de la magia. Hasta que un día después de un show en Altamira, paso lo siguiente..
Ahorita las alcanzamos, no se preocupen –Dijo Víctor
Esta bien –Asentí
Eva y yo, decidimos irnos a nuestro departamento, a esperarlos. Pasaron horas y horas, ellos no regresaban y empezamos a preocuparnos
Eva –tome mi chaqueta– vamos a buscarlos –Eva hizo el mismo acto que yo –
Salimos del departamento, prácticamente corriendo y fuimos hacia el lugar en que ellos se habían quedado, habíamos buscado por todos lados y no los encontrábamos, llamábamos a sus celulares y nada, no estaban, no contestaban
Isabella, estoy pensando lo peor –Dijo Eva mirándome fijamente con lagrimas en los ojos–
No cariño, no llores, ellos están bien, yo se que están bien –Dije a punto de llorar y me acerque a ella– Todo esta bien –la abracé–
Y si están en el bar? –Preguntó mi amiga sin soltarme–
DEBEN ESTAR ALLÍ –Grite soltándola bruscamente–
Tomemos un taxi –dijo ella tomándome de la mano y yendo hacia la carretera–
En menos de 5 minutos ya estábamos dentro del taxi, le indicamos al señor donde debía dejarnos y esperábamos impacientes, teníamos ansiedad, ella estaba mordiéndose los labios sacándose los cueritos malnacidos esos y yo solo hacia que mis piernas temblaran, movia mi pie de arriba hacia abajo haciendo un ruido realmente estresante, al igual que tocaba con cada una de las yemas de mis dedos mis pantalones, primero el meñique, luego el del corazón, hasta llegar al índice. El señor finalmente hablo diciendo los siguiente:
Ustedes son las ilusionistas que hoy se presentaron en la plaza Altamira? –preguntó el taxista–
Si señor –mire a mi amiga felizmente y ella me miro de la misma forma– nos habían reconocido –pensé–
Pues es un placer tenerlas aquí –Dijo el señor sonriente– ya estamos cerca
Listo, nos violo –pensamos mi mejor amiga y yo–
Al pasar alrededor de dos minutos ya habíamos llegados, suspire aliviada y decidi pagarle al señor
No vale, no se preocupen –Dijo el señor– Son las nuevas ilusionistas, mas bien esto ha sido un placer –sonrió–
Señor, realmente muchas gracias –le di un beso en la mejilla–
Quiere que las espere?
Si, por favor –dijo mi amiga–
Disculpe, cual es su nombre? –pregunte al señor–
Merritt McKinney –nos miro antes de que mi amiga y yo dijéramos algo mientras chasqueaba los dedos- Duermanse ahora