[Capítulo único]

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Ya era año nuevo. Miles de papelitos cayeron sobre la pista de baile apenas finalizó la cuenta regresiva y, entre la escandalosa multitud de figuras alrededor mío pude reconocerla, mis ojos se encontraron conella. Mi corazón comenzó a palpitar fuerte y el tiempo se hizo lento mientras parecía bailar con ella desde la distancia. Ambos sonreímos cuando nuestras miradas se cruzaron por segunda vez, recordando bonitos tiempos, especialmente cuando nos conocimos.


Ese día...puedo recordar ese día a la perfección. Ella usaba un hermoso vestido azul y destacaba entre todas las chicas, pero no por eso, sino por su brillante sonrisa y su agradable personalidad que parecía iluminar la velada. Fascinado, me acerqué haciendo el tonto para captar su atención. Diría que el mejor momento de mi vida fue cuando conseguí su número, pero mentiría, porque cada día que transcurría era mejor que el anterior. Empezamos como amigos y nos fuimos acercando de a poco, hasta que mi perseverancia ganó la batalla y me permitió estar a junto a ella. Éramos tan felices. Con tan poco, simplemente con estar a su lado, sentía que tocaba las nubes. Pasábamos los días saliendo o, de lo contrario, en nuestro cálido hogar leyendo, mirando una película o simplemente acostados. Podíamos estar callados sin sentirnos incómodos, porque nos entendíamos sin tener que decir una palabra. Tantos recuerdos de nosotros enamorados vinieron a mi mente, esos días preciosos todavía no puedo olvidarlos.


Cuando logré divisarla nuevamente, la gran sonrisa que se había plasmado en mis facciones momentos atrás comenzó a difuminarse lentamente y dejé de moverme al compás de la música: ella estaba con otro hombre. Todo se detuvo por unos instantes y así fue que recordé que no todas las memorias de nosotros eran felices. Con el pasar del tiempo empezamos a discutir. Al principio eran tonterías pero cada vez que peleábamos nos alejábamos más. Algunos días eran un cambio radical, podía ser un buen día o un día lleno de lágrimas. A pesar de eso, en ese entonces, no sabía que iba a terminar, no sabía que volarías lejos de mí, pensaba que duraría por siempre. Cuando nos separamos sentí un gran vacío que no podía llenar con nada, pensaba todo el día en ella y, si debo ser sincero, se que nunca la pude olvidar, ni siquiera ahora.Parpadee, aún congelado como piedra, y bajé la cabeza, dándome cuenta que yo ya no tenía un lugar en su vida, caí en la realidad. Me di la media vuelta y me alejé, dejando que todos esos recuerdos se desvanecieran con las lágrimas que brotaban por mis mejillas.

One fine dayWhere stories live. Discover now