Llovía.
Caminábamos de la mano.
Te detuviste, me detuve.
Me miraste, te miré.
Me besaste, te besé.
Bailamos al compás de la llovizna, como dos niños.
Tu abrigo azul empapado combinaba con mi mojado vestido verde.
Las luces de la calle nos iluminaron.
Sonreías para mi, como la primera vez.
ESTÁS LEYENDO
Tus Manos y otros relatos
ContoMicrorrelatos. Sencillos y cortos. Hechos para leer con un café en mano.