Él te dirá que está loco por ti. Que le gustas mucho. Que tiene una rara manía contigo y que le encantas. Que ama el olor a shampoo de tu cabello.Te besará el cuello, respirará en tu oreja y acariciará suavemente tus manos. Te besará sólo cómo él sabe hacerlo contra una camioneta roja, contra la pared de los vecinos, en una banca abajo de la luna llena, en la esquina de una avenida principal, afuera de un kínder y de una antigua librería. Te dirá que tiene una extraña fascinación hacia las cosas frías, tú mojarás tus labios contra una botella de agua natural y lo besarás hasta que el frío haya desaparecido. Jugará con el humo del cigarrillo contigo y se burlará de que aún no fumas tan bien como él. Te dirá que aún eres niña buena, esbozando una pícara sonrisa con sus especialmente definidos caninos. Pero se reirá más de la emoción que le produce corromperte, de hacerte más cómo él. Y a ti te encantará, porque es peligroso y arriesgado y sabes que podría terminar terriblemente mal. No podrás dar marcha atrás porque él te hace sentir viva, porque te hace sentir mariposas al meter sus manos bajo tu blusa, porque amas la sensación de sus dientes presionando tu labio, porque ahora estás igual de loca que él. Tratarás de enseñarle a bailar el vals en medio de una privada a la medianoche y descubrirás que su pierna izquierda es un completo desastre. Te enamorarás de él en una sola noche: el sabor a cerveza de sus besos, el aroma de su loción mezclada con cigarro, cómo te mira... como nadie nunca jamás te había mirado.
Sabes que tarde o temprano terminarás sentada en tu cama con mil pañuelos sucios regados a tu alrededor, escuchando aquella canción que te recuerda tanto a él. Llorarás porque él no se enamoró como tú. Mientras lloras, sabrás que ya lo habías visto venir. Pero, ¿sabes? No te importará, porque él fue el mejor error de tu vida entera. Fue del tipo de error que nunca olvidas, el tipo de error que te hace saber lo que es realmente vivir.
Años después, estarás en brazos de otro hombre, durmiendo en una cama juntos y con el sol entrando por la cortina del departamento... pero aún así no lograrás borrar la sensación de estar caminando por la calle, solos los dos, a medianoche, empujándose como niños y callándose a besos. No lograrás eliminar aquella vez que él sonrió y dijo que el motivo eras tú, y mucho menos aquella sudadera negra que se grabó un día entero con su aroma o la adrenalina de tener de vuelta en casa a tus padres antes que tú.
Y estará bien, porque podrás decir que al menos no moriste sin haberte equivocado maravillosamente.
{...}
Este escrito es acerca de un chico de 20 años que conocí por Facebook. Se trata de la vez que mis padres se fueron a una fiesta y nos escapamos juntos. Hasta ahora, puedo decir que fue la mejor noche de mi vida entera. Si estás leyendo esto, más te vale que te quedes conmigo aunque sea lo que resta del año.
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Cuando escribo.
Short StoryA veces escribo. A veces no. Muchas veces comparto, otras prefiero el silencio. {...} Una recopilación de mis pequeños escritos cuando tengo ganas de escribir, de desahogarme y de plasmar sentimientos e ideas. Un lugar donde confío mis implícitos s...