; Luminiscencia.

Rompecabezas.

Lastimándose, sus rizos se vieron envueltos entre las frágiles ramas que atravesaba, al igual que un rosal lleno de espinas.

Derramando unas lágrimas por el ardor que le causó tales heridas, sintió el suave tacto de sus yemas limpiando cuán porcelana aquella rota mirada.

« Estoy pérdida, estoy pérdida ». Sin cesar anunciaba asustada, entre sus inacabables lágrimas.

« Está bien, todo está bien, cariño. Te encontré. » Contestó una dulce voz envolviéndola entre sus brazos mientras le susurraba despacio qué ahora estaba ahí.

Partiendo su voz en llanto, por la reciente partida, le sujetó con fuerza revelando que ambos eran cómo dos piezas que perfectamente encajaban, se completaban.

Sintió su alma envolverse con la suya, mientras aliviaba ese dolor que tanto había contenido e ignorado entre ese océano de gente, esperando que le encuentren.

Parte de su rostro se fundió con su hombro, y esos protectores brazos se ajustaron firmemente a su cintura, mientras ella le atraía con fuerza y desconsuelo desde la espalda, hundiéndose en su reconfortante pecho y demostrando que en ese sublime momento, ambos se necesitaban.
Para ser un par, una unidad.
Para ser lo que no podían ser jamás, hasta ese momento.

Entrelanzando sus manos, dieron por concluido tan majestuoso instante, que en realidad fue eterno.