Muy tarde.

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Postré el peso de mis párpados
en el regazo de un indigente.

Le hable acerca de como se siente
tu mandíbula,
tu lóbulo frontal izquierdo
bajo mis labios,
le hablé acerca de como me baleaste
con esa expresión ensimismada
el mes pasado.

Se me cayeron las pestañas,
se me abrieron viejas heridas
y se infectaron con larvas blancas.

Supe que no volverías para repararme,
no no
no.

; Luminiscencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora