Bolsas y vampiros ¡! #BlackFlugWeek

d a y o n e🌹

“declaración”

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Algunas veces pienso que mi cerebro me juega una mala pesada. El concepto de amor nunca ha estado claro para mí. Y es que, soy un científico, no entiendo nada cuando se trata de sentimientos.

Pero yo, ¿enamorado?, eso no es posible... o tal vez sí. Y es que, todo es culpa de la maldita inundación de feniletilamina en mi cerebro, y también de la estúpida liberación de dopamina, norepinefrina y oxitocina. Toda esa mierda es la que me hace sentir así.

¿Quien es la persona que produce todo esto? Mi jefe, Black Hat, el villano más grande y malvado de todos.

¿Soy masoquista?, tal vez. ¿Un imbécil?, es obvio.

Y en un caso totalmente improbable que alguna vez pase algo, nuestra relación podría llegar a ser extremadamente tóxica. Black Hat no es un hombre cariñoso o acto para dar amor.

Pero debo dejar de ser un cobarde. Por ello escribí una carta expresando todo lo que siento. Tengo un plan trazado y un botiquín de emergencias cerca... uno nunca sabe.

[…]

“Jefe, espero que cuando reciba esta carta no intente incinerarme o espantarme con una de sus caras terroríficas. Bueno... últimamente me he estado sintiendo muy raro, y tal vez a usted no le importe, pero mi producción y liberación de dopamina es en exceso. También mis niveles de serotonina se bajan y libero mucha adrenalina cuando está cerca. Según mis conocimientos y algunas revistas que usualmente quema Demencia, todo este proceso se le denomina «estar enamorado». No le estoy obligando que se haga cargo ni mucho menos, usted es el jefe, solo quería expresarlos y liberar presión. Le pido que tenga compasión.”
Dr. Flug

—¿¡Que demonios es esto!?—una voz femenina y muy conocida se escucha dentro de mi laboratorio—, se supone que esto es una confesión de amor.—oh no, no por favor. Entro corriendo y me encuentro a Demencia sentada en mi escritorio con la carta abierta entre sus manos, una mueca de desaprobación adornaba su rostro y la leía con rapidez.

—¡DEMENCIA, FUERA DE MI LABORATORIO!—grité lo más fuerte que pude. Caminé rápido hacia ella y le arrebate la carta de sus manos.

—Flug, Flug, Flug—meneó la cabeza de un lado a otro—, ¿ese es tu concepto de amor? ¿que clase de confesión fue esa? Juraría que estaba en una clase aburrida de biología, ugh, no sabes nada de romance.