Capítulo 1

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El amor nunca fue una experiencia de cuento de hadas y finales felices para (t/n), las pocas veces que se había enamorado en su vida terminaron en desilusiones, y con el corazón roto en miles de pedazos en cada ocasión; el amor no era lo suyo y ella, y el mundo lo sabían, en cierto punto ya fue demasiado, dejo de importarle y simplemente se dijo: bueno, no importa, siempre podre adoptar y tener una familia...

Y sí, se resigno al desafortunado compás que con una agridulce melodía le tocaba Cupido, ese era su nuevo plan de vida, gracias a eso vivió tranquilamente y sin preocuparse por cosas del amor por mucho tiempo, era un poco solitario y triste pero... ¿no era eso mejor que sufrir? Eso se decía entre suspiros cuando veía a las parejas enamoradas en la calle sabiendo que jamás tendría algo así en su vida... o eso pensaba hasta que un día conoció a Lukas Bondevik, el hombres que cambio su percepción del amor y toda su vida, el que después de dos años de un noviazgo que se le hizo un cuento de hadas se convirtió en su esposo, y su razón de sonreír cada día. 

Lo amaba como nunca había amado antes y aunque pasaran unos años desde su matrimonio ese amor nunca disminuyó un poco, es más, solo se hizo más fuerte, y ¿como no hacerlo si era perfecto ante sus ojos? Su amigo, su compañero, su amante y su apoyo incondicional... 

Era el único que podía relajarla y desetresarla con solo una caricia, con solo el sonido de su parcimoniosa voz; el que le derretia el corazón con una mirada, el que con un abrazo le podía reconfortar el corazón, el que sin decir nada la hacía sentir amada...

Lo adoraba más que a nada en el mundo, vivia en una nube de felicidad a su lado y por esa misma razón no notó lo que iba pasando poco a poco hasta que fue muy tarde... un día se despertó dandose cuenta que algo había cambiado y ella no sabía que era, al principio se fijo de que el noruego estaba extraño...                                                                                                                        

Lukas siempre fue más bien callado, cubierto con esa aura misteriosa que su esposa adoraba, hasta frío con algunas personas pero nunca con ella, (t/n) siempre fue su excepción, la persona con que era más atento, calido, cariñoso... pero ahora estaba cada vez más distante... como si un muro lentamente se fuera construyendo entre ambos... ya no la besaba como antes, ni la acariciaba como tal... sus noches eran más frías y del amor pasional ni hablar, ya ni la tocaba, cosa más que extraña en su relación...                                                                                                            

Todos estos cambios le dieron pasos a los temores y estos la llenaron de inseguridades y miedos... y ¿si tenía otra mujer?... y ¿si ya no la amaba?                                                                            

Esos pensamientos no la dejaba de atormentar todas esas noches donde el insomnio la atacaba sin misericordia. 

Un día decidió descubrir la verdad, llego a casa mucho más temprano que de costumbre, en donde a esas horas, Lukas estaba solo en su hogar. La idea era llegar de sorpresa para ver si tenía una amante... tenía que admitirlo, estaba aterrada de ver lo que su mente sospechaba desde ya un tiempo... sorprenderlo en la cama con tra mujer, amandose como antes solían hacerlo... esa escena se repetía con maliciosa claridad en su imaginación pero lo que se encontró al asomarse silenciosamente a la puerta de su habitación, que desde hace mucho ambos compartían, fue algo muy distinto a lo que tenía en su mente dejándola impactada y sin poder procesar lo que estaba viendo...

Era su marido... con un vestido entallado color azul marino puesto, mirándose al espejo mientras se colocaba las joyas de su esposa, estaba un poco maquillado y su cabello arreglado para que enmarcara su rostro... ese color azul a (T/n) le encantaba, era su color favorito y no podía negar que le quedaba muy bien al noruego... ese contraste oscuro y profundo con lo pálido de su piel... se veía... lindo... ese vestido lo lucía mucho más de lo que ella podría hacerlo... se veía... demasiado bien, su cuerpo delicado y esbelto, sumado a sus facciones finas eran una imagen que (t/n) no sabía como etiquetar, pero a la vez se le hacía adorable de una extraña manera que ni ella podía comprender... 

La chica Noruega (Noruega×Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora