Prólogo

73.3K 2.2K 289
                                    

Sentía su respiración en mi cuello, agitada, demasiado descontrolada. El salvajemente arranca mi camisa blanca de botones y con pura delicadeza sus manos viajan por mi cuerpo. Sonrío porque deseo tanto como el y lo se porque sus ojos azules inigualados que me miran tan intenso, tan sincero. 

–Te quiero, fea.– pronuncia en susurro en mi oído. Las mejores palabras que oido en mi vida y que nunca volveré a oír.

–Mmmm– jadeo y siento un fuerte golpe en mi estomago haciendo que abra mis ojos de golpe y grite un fuerte ¡Ah!

–¡Que te levantes he dicho!– grita Brooke y restriego mis ojos con pereza. Ella se pone en pie y camina hasta la coqueta para tomar su cepillo y peinar su cabellera negra.

–Tu siempre con sutileza.– digo con sarcasmo, poniéndome de pie y tomándome la cabeza –¿Que hora es?

–Las diez.– dice y voltea a verme –Vamos chica, vístete, que los toros no esperara por ti. ¡Quien te manda  acostarte tarde!– dice con una sonrisa y hago memoria.

Los Sanfermines.

–Oh, mierda.– digo, rapido corro a mi armario y saco la ropa.

Los Sanfermines son la corrida de toros en España hasta el lugar y tenemos que tomar un largo viaje hasta hay, porque estamos en Madrid.

–Tu noviesillo nos espera con el jet, mueve tu jodido culo Camil.– insiste Brooke y gruño.

–¡Lo se! ¡Dime algo que no sepa!– grito colocándome los zapatos y corriendo hasta la salida con torpeza.

–Que tu novio es un cretino.– dice Brooke con una sonrisa inocente y solo ruedo los ojos.

Salimos de mi departamento y nos dirigimos hasta el jet, una forma mas rápida e llegar mucho mas rápido.

Ventajas de tener dinero.

Cuando llegamos, nos bajamos y veo la multitudes vestidos de blanco y algunos con cintas rojas o cosas similares. A Brooke le encanta ver la corrida de toros y yo de solo pensar de todo lo que tienen recorrer me canso.

Floja nivel yo.

–Hey, aguanta aqui.– le digo a Damián quien tiene el papel de mi novio, tendiéndole un pequeño espejo que tengo en mi cartera para poder hacerme una coleta.

–Tranquila cariño, luces muy mona.– dice, exhalo y sonrío con sinceridad.

–Gracias.– le digo y le doy un pequeño en la comisura de sus labios.

Wakala.– susurra Brooke y rodamos los ojos para luego reír los tres. –¡Ya vienen, cierren la boca!– chilla ella y pone su mirada atenta al escenario.

–Esto parece un ritual de los vulturis de Crepúsculo.– susurro y Damian estalla en risa haciendo que sus ojos cafés se achicaran.

–Como tu digas, americana.– dice negando con una sonrisa.

–Hey, he vivido tres años en España.– recuerdo y el solo sonríe –Me encanta y lo sabes.– es cierto, amo España, mi hogar por tres años.

Prestamos atención al gran espectáculo y escuchamos las criticas no constructivas de mi Brooke.

Al caer la noche, volvemos a Madrid y caminamos por las calles de camino al departamento.

–Ire por unos helados, aguarden.– dice Damián y ambas asentimos.

–¿Y bien?– dice Brooke arrastrando con pereza sus pies y arqueo las cejas.

–¿Bien qué?– pregunto observándola. Ella resopla y arregla un mechón de su ondulado cabello negro.

CulpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora