Un ruido fuerte me levanta y abro mis ojos con dificultad. Miro la hora y a penas son las seis de la mañana. Me incorpora en mi cama y resoplo. Estaba en la mejor parte del sueño.
–¿Quien diablos sería?– pregunto mal humorada y apuesto que parezco un una loca.
El sonido se intensifica y Pistacho brinca a mi cama, acurrucándose en mis sábanas.
–Haré justicia, Cho. Ya escucharas.– es lo único que digo a mi gato, si, a mi gato antes de salir de mi habitación.
Bajo las escaleras aún en mi intento de pijamas y voy hasta la terraza.
–¡Hey!– grito pero el hombre que está pasando la máquina de presión de agua no me escucha –¡Hey, tú!– vuelvo a gritar pero esta vez me acerco mucho más con cuidado para no mojarme.
El hombre se gira con el grifo aún prendido y me moja. Si, retiren lo dicho.
–¡Joder!– grito y el hombre apaga la máquina. Se quita el pañuelo de la cara y veo a Mason.
–En mi defensa, tú te metiste.– dice con una sonrisa graciosa y yo gruño.
–Te detesto tanto.– digo achicando mis ojos y el vuelve a prender la máquina para mojarme –¡Idiota!– escucho sus carcajadas.
–¡Idiota!– chilla tratando de imitar mi voz burlona, lo fulminó con la mirada –Ah, pero que niña más ruda y mala educada.– dice y me vuelve a mojar.
–Te voy a matar.– digo, tomo la escoba y empiezo a golpearlo.
–Ven acá.– dice, me toma por la cintura y la pluma cae al suelo haciendo que toda el agua saliera disparada para arriba.
Empiezo a forcejar con Mason y quedo frente a frente con el. Sus ojos azules penetrantes me miran sin ninguna piedad. Mi corazón se acelera por completo y veo como de su frente caen gotas de agua a mi rostro. Recuerdo toda la noche de ayer.
–¿Me detestas?– pregunta en susurro, con su voz muy masculina.
–Te odio.– me atrevo a decir.
–Siento eso.– bromea.
–Tu no sientes nada.– suelto y luego suspiro. Tal vez no soy han buena en "tomar la situación con madurez".
–No tienes idea de lo que hablas.– el me pega más a su cuerpo y siento su camiseta mojada –¿Que pasó con ser maduros?
–Cierto.– muerdo mi labio –Es que es normal que duela que tu novio te engañe.– me sincero sin filtro alguna y me separo de el cuando siento su respiración en mi cara.
El no dice nada y camino toda mojada hasta dentro.
¿Luego de esto quien sigue durmiendo? Apuesto que Pistacho.
Me aseo y me cambio más formal, en tres horas tengo cita con la plantadora de boda, Patricia. Llevare a Brooke conmigo y me maldijo mil veces por hacerla levantar temprano en verano.
Cuando pasaron las dos horas, se me olvida que tenía que llevarle a Tyler un dinero que había guardado en mi cartera el día del antro. Cuando llego, el me desea buena suerte y besa mi cabeza. Le envió un mensaje a Brooke que se adelantara con Damián a la oficina porque yo llegaría un poco tarde.
¡Que sorpresa! ¡Camil llegando tarde!
Noten el sarcasmo.
Llego a casa para cambiarme de zapatos porque estos tacones me están matando, y me pongo unas zapatillas
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Culpable
Ficção AdolescenteCamil pensaba que estaba viviendo la mejor etapa de su vida, pero la vida le enseñó a duras que estaba equivocada, entonces se vio obligada a tomar una decisión. Mason, cuyo también pensaba que era feliz, tomó una decisión que le marcó su vida por c...