He visto a esos niños que tienen a sus padres separados y viven con su madrastra o padrastro. Y !es horrible no se lo deseo a nadie!.
Estar en el medio de una guerra eterna, de indirectas asesinas, prejuicios, maldiciones, etc.. Entre papá y mamá, o sus parejas, o los abuelos, ( los mas destructores de parejas que he conocido) y algunas veces pocas los cuñados.
Es una tortura mental todo ésto, sabiendo que los niños aman sin prejuicios solo por el echo de ser mamá o papá, intentan inculcar el odio en nuestras débiles mentes, el odio que ustedes inventaron.
El odio no se enseña, el odio es una experiencia de vida. No podemos como niños intentar sentir rencores que los padres adquirieron en años de su vida, de sus malas experiencias, de sus errores. El niño juega, ríe, sueña con la felicidad, sueña con caminar de la mano con papá y mamá.
Esta clase de complejos es muy expuesta a los padrastros, a personas que no conocen ni siquiera mamá o papá, quienes las incluyeron en su vida para no sentirse solos, para volver a empezar, para sentirse superados, para no perder más tiempo del que perdieron. Pero lamentablemente los padrastros (algunos) tienen otros complejos que nos afectan a los niños. Y entre ellos la pedofilia. Esa enfermedad mental que daña la inocencia de tantos niños hoy en dia. Y se generan mas traumas de personalidad y hasta sexualidad. Es necesario saber bien a quién metemos en nuestro hogar, analizar bien a una persona por más buena que parezca. Porque le estamos dando lugar no sólo en nuestras vidas sino en nuestra casa, nuestra intimidad y nuestros hijos (si es que los hay). Dicen por ahí que si quieres a la chancha también tienes que querer a sus crías. Un dicho vulgar pero es entendible. He visto muchas parejas así donde los hombres no son capacez de llevar a su hombro hijos de otro hombre, solo quieren satisfacer sus necesidades con la madre de los chicos. Obvio no en todos los casos.
