La línea

9 2 0
                                    

La noche cayó demasiado rápido para dos amigas que se encontraban hablando de una forma tan amena que apenas notaron que ya había oscurecido; el camino de vuelta a casa era largo para ambas, por lo cual se pasaron miradas preocupadas que ante otros ojos se habrían visto de una manera casi graciosa.

-Deberíamos volver a casa - murmuró una de las amigas, que aunque quería mantener la calma, a distancia se notaba que estaba temblando de miedo, cuando la noche llegaba, las calles de la ciudad eran amenazantes y peligrosas, aún más para dos jóvenes tan inocentes como ellas.

La otra amiga rápidamente estuvo de acuerdo con marcharse del café en el que se encontraban, cuando salieron las calles se encontraban desiertas, no había ni un sólo bus y mucho menos dinero para tomar un taxi, con un escalofrío que les recorrió la columna vertebral de ambas, empezaron a caminar en dirección a casa, sus casas se encontraban por el mismo camino, una más lejos de la otra pero aún así podían acompañarse la mayor parte del camino.

Valentina que era una persona de lo más parlanchina comenzó a hablar para bajar la tensión que se sentía en el ambiente.

-¿Te imaginas lo que estamos haciendo en otra dimensión? - Su amiga la observó de una forma extraña, casi intimidante pero terminó por relajarse y seguir la conversación.

-Probablemente no estamos caminando insensatamente en la noche por estas calles.

-Es probable - Respondió Valentina un poco pensativa, no tenía ganas de abandonar la conversación ahí, así que continuó- O podríamos estar en este lugar, ambas y ni siquiera conocernos.

El silencio reinó entre ambas hasta que Valentina volvió a hablar.

-Piensalo, ambas estamos caminando de noche por la misma calle, tal vez yo estoy teniendo una mala vida llena de alcohol y hombres que rompen el corazón sin compasión.

-¿Y qué estoy siendo yo?

-Tú probablemente estás en una buena vida, con muchos amigos y personas que te hacen feliz.

-¿Por qué yo tengo una buena vida y tú no?

-Porque me niego a imaginar que sufres en tu otra vida.

-Está bien - comentó Eva un poco sorprendida - Y si no nos conocemos ¿Entonces qué?

-Ambas estamos asustadas caminando por éstas solitarias calles, yo voy tarde a encontrarme con alguien.

-¿Quién?

-No lo sé, alguien, no tiene mucha importancia de quien se trate, la cosa es que no tengo un reloj, así que bruscamente sin que lo esperes te pregunto por la hora, y tu sorprendida dirás...

-Son las 10:15 - interrumpió.

-Exacto, dirás la hora, luego yo te agradeceré como es importante hacerlo, más adelante comenzaré a hablar contigo porque ya que ambas estamos solas caminando a esta hora, será mejor que nos acompañemos.

-Entonces yo preguntó tu nombre, y luego tenemos una larga conversación sobre la mala idea que es salir sin efectivo para tomar un taxi.

-Luego hablaremos sobre que parece una noche calmada, y así seguiremos nuestro camino, conociéndonos, terminaré por encariñarme rápidamente a ti, ya que en mucho tiempo de seguro nadie había sido amable conmigo y seguro no tengo ninguna amiga.

-No me gusta tu otra vida.

-Eso no es importante.

-También te tomaré cariño en tu otra vida, aunque luzcas como una loca, bueno, más lo habitual.

-¡Oye! En fin llegaremos hacía donde yo habría de llegar, una casa de aspecto grotesco, con un aire feroz. Nos despediremos sin si quiera intercambiar números. Pero cuando llego a la puerta, puedo escucharlo, es el sonido de la mala vida, me encuentro a mi misma no queriendo seguir en ella, la casa huele a cigarro y alcohol, empiezo a sentir que ese olor me marea, de repente la puerta la abre aquel hombre que está destinado a ser malvado y quiero huir de él. La mejor excusa que encuentro es volver a ti, así que me doy la vuelta para preguntar tu número pero te desapareces, ya no puedo encontrarte.

Eva parecía bastante emocionada por seguir escuchando la historia que se había inventado su amiga en tan poco tiempo, así que se mantuvo en silencio esperando por más.

-Nuestra extraña charla de desconocidas me ayuda a abrir los ojos, seguro porque te veías feliz y yo me preguntaba que se siente, así que poco a poco con el tiempo decido salir de todo eso, pasan los años y empiezo a creer que se trataba de un ángel. Ahora estoy en la universidad probablemente estudiando periodismo, estoy segura que a mi otra yo debe de encantarle el periodismo, un día cuando ya han pasado tres años desde aquel encuentro, te vuelvo a ver, en la biblioteca de la universidad, así que corro hacía ti para comprobar que sí fuiste real. Preguntaré si te acuerdas de mi y con mucha suerte, lo haces; todo lo que puedo decir después de eso es gracias.

-Yo preguntaré "¿Por qué?"

- Y yo diré "Por salvarme aquel día", después de eso tal vez comencemos una amistad, estoy segura que las personas que deben estar juntas, lo están en todas las dimensiones.

-Tal vez.

-Y aquí se rompe la línea de tiempo, hemos vuelto a nuestra dimensión - Concluyó Valentina al encontrarse frente a la casa de Eva.

Eva estaba atónita, no se había dado cuenta que ya habían llegado. Cuando piso la línea que estaba dibujada en el pavimento, como había dicho su amiga se sintió de vuelta en su dimensión. Se había sentido como un viaje. Las historias son así, a veces sin darte cuenta, terminan transportandote a otro lugar y luego la realidad es un golpe duro y cruel que todos debemos soportar.

Gritos Del PensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora