Una Chica Fantástica

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La gélida mañana estaba haciendo destrozo con mis huesos, cada paso que daba se convertía en un agudo dolor que recorría todo mi cuerpo, fruncí el ceño, aunque el ceño fruncido ya era una parte común de mi expresión facial, estaba caminando hacia la universidad con la esperanza de no perder mi tiempo como había estado pasando últimamente.

Cuando llegué a la universidad, fue un fracaso total, estaba desértica y el profesor que había de darme clases no llegaría el día de hoy, maldije por no traer mi celular donde me habría llegado el mensaje de que no tendría  clases y maldije también al espantoso frío por arruinar mis planes. Empecé a caminar por el campus hasta que me encontré caminando en dirección a la oficina del director, cuando llegué a mi destino, la vi ahí, esa chica tan extraña, la encontraba fascinante desde la primera vez que la vi, ella parecía como que nunca sabía como actuar, se veía indefensa y a la vez ella quería verse como si no necesitara de nadie y esas apenas eran simples conclusiones de su carácter a las que había llegado con tan sólo verle un par de veces.

Ahí estaba ella sentada, con una cola de caballo alta que dejaba en  descubierto su piel morena, su camisa negra con alíen estampado en ella estaba maravillosa y una chaqueta de blue jean que le daba un estilo fenomenal, pero me permitiría decírselo, tenía puesto sus lentes y estaba leyendo un libro por el cual sentía una curiosidad inmensa, antes de que ella alzara la mirada, giré sobre mis talones y salí de ese pasillo.

Hora más tarde estaba en el salón de lectura con mi mejor amigo cuando la vi pasar de nuevo, me la estaba encontrando más veces de lo usual, ella entró y dejó un libro en una mesa y se volvió a ir, me le quedé observando, tenía el celular en su mano, lucía como si esperara un llamada, volteó hacia donde yo estaba y fingió no verme, sonreír para mi, ella salió de la sala, esperé 10 minutos cuando la volví ver entrar, no le estaba prestando atención a mi amigo y estaba diciendo más "sí" de lo que había dicho en años.

Ella tomó de vuelta el libro y lo guardó en su bolso, caminó con paso decidido en nuestra dirección, empecé a leer mi libro y fingí no haberle visto.

-¡Hola! - Escuché a mi amigo murmurar, casi me ahogo cuando levanté la vista y ella estaba ahí.

-¡Hola! ¿Cómo estás?, oye ¿Has visto a nuestra profesora de Química?

Mi amigo comenzó a quejarse a cerca de sus clases pero mi mirada estaba fija, había encontrado fascinante analizarla, y ese sentimiento psicótico había empezando tan sólo hoy, después de haberle visto leer ese libro serenamente, no me había fijado que podría llegar a ser tan interesante descubrir que esconde, ¿Por qué dejó el libro ahí y luego volvió para tomarlo?

-Te ayudaré a encontrarla - dije levantándome de repente.

-Gracias - sonó sincero, sonrió y a ambos lados de su boca se hicieron pequeñas arrugas, tenía un hoyuelo en la parte superior de su mejilla derecha, adorable.

Comenzamos a caminar y la llevé a todos los posibles lugares donde la profesora podría estar, el hombre del café se encontraba sorprendido de que la profesora no hubiera llegado aún, me di cuenta que estaba haciendo todas las preguntas por ella y que ella se escondía detrás de mi como un pequeño gato. Seguimos nuestro camino hasta que ella se resignó.

-Creo que hablaré con ella el jueves.

-Intenta llegar temprano, ella siempre se encuentra aquí. - Su mirada de decepción ablandó mi corazón.

- Está bien - De repente su mirada de decepción se tornó a una de increíble curiosidad, era sorprendente como sus ojos expresaban tanto. - ¿En que club estás?

- En el de arte - respondí un poco aturdido - y ¿tú?

- En el de historias fantásticas.

-Historias fantásticas para una chica fantástica. - Ella pareció sorprendida y la vi sonreír de nuevo.

-Así parece, soy una chica fantástica.

Me descubrí a mi mismo queriendo sacar esa magia dentro de su ser, sin poder decir nada más sobre eso sin delatarme, mire al cielo.

-Quiero un cigarro.

-Yo te acompaño.

-No es necesario.

-Me gusta el olor del humo. - en ese momento supe por primera vez lo que quería en mucho tiempo y el frío que hacia doler mis huesos se esfumó y me encontré con una calidez de lo más extraña.

Gritos Del PensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora