El Recuerdo de tu Mirada [Riren] 2° Temporada

19. Fui un Idiota

*Narra Eren

La rehabilitación de Mikasa estaba siendo un éxito, cada día que pasaba se movía un poco mas por si sola, ya hablaba con fluidez y comía sola. Eso me hacia muy feliz, demasiado feliz.

Había pasado ya dos meses desde que Mikasa había despertado y mas de tres o cuatro meses en los que no veía a Levi, básicamente había perdido la esperanza de verlo y lo comprendía, lo había hecho sufrir y ahora estaba pagando las consecuencias. Me merecía esto y más.

Pero... Aun así quería verlo, deseaba tocarlo y pedirle perdón, no soportaba sentir esta maldita culpa que me quitaba el sueño por las noches, recordar las noches en la playa me partían el corazón, esa noche en la que uní al hombre que nunca imagina que amaría como un loco, realmente lo necesitaba a mi lado...

—¿En que tanto piensas, Eren? –escuche la voz aun débil de Mikasa.

—En nada –dije lo mas seguro que pude.

Mikasa solo me miro y me regalo una sonrisa, mi vista viajo a ese anillo que tenía en su mano izquierda ¿aun existía? El anillo me pareció muy sencillo y un poco feo, no lo podía negar.

Tenía que hablar con ella lo mas pronto posible y deshacerme de esta relación, entre mas tiempo pasaba mas dañaría el corazón de una mujer que por mis estupideces saldría lastimada.

—Mikasa...

—Quieres terminar conmigo, lo sé –su voz se escuchaba tranquila y serena, eso me tranquilizó.

—S-sí...

—Pues no lo aceptare –me sorprendió mucho su cambio de estado, su voz se oía muy furiosa.

—Mikasa, aun no me has escuchado, ya no puedo seguir con esto, mi supuesto amor que sentía por ti ha desaparecido y si sigo haciéndote creer que nos casaremos, solo te haré mas daño, hay que dejarlo aquí...

—Ya dije que no, tu eres mío y solo mío... ¿o a caso tienes a otra mujer?

Abrí la boca para contestar pero en eso momento la puerta de la habitación se abrió, Farlan e Isabel aparecieron con una gran sonrisa.

—Hola –saludaron al mismo tiempo.

—Eren, Mikasa tenemos que hablar con ustedes –dijo Isabel, su tono de voz me comenzaba a dar miedo.

—Eren, Mikasa por favor solo escuchen y no digan nada ¿ok?

Mikasa y yo nos volteamos a mirara, después de unos segundos asentimos con la cabeza. Isabel saco unas hojas de su bolsa y comenzó a leer.

Eren, mi Eren, mi niño, mi mocoso.
Hola, ¿cómo has estado? Bueno se me hace una estúpida pregunta ya que hace un momento vengo del hospital y me he enterado que has quedado ciego, no se que hacer o como reaccionar y mi única solución fue escribir lo que siento en este momento.

Cuando te mire después de tanto tiempo mi corazón comenzó a saltar de felicidad, ¡estas como hace miles de años! Estoy muy feliz de saber que nos encontramos una vez más.