𝗩𝗘𝗡𝗗𝗔𝗦

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Día siguiente

Estábamos todos jugando al baloncesto en el patio, incluyendo Rubén.
Jugaba muy bien y todos nos impresionaba verlo jugar, supongo que ninguno esperaba que el hubiera querido jugar con nosotros y debo decir que normal, lo miran de manera vulgar y incómoda todo el tiempo, me da pena.

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El tenía la pelota y estaba justo a mi lado, me miró con la intención de pasármela pero me quede paralizada cuando tuvo contacto visual conmigo ( era consciente de lo tonta que me veía).
Cogí la pelota pero me quede quieta y una niña que venía corriendo justo hacía mi me tiró al suelo bruscamente.

Sentí mi rodilla arder al igual que mi barbilla y empecé a llorar muy muy adolorida pero nadie me ayudaba, ni Marcos.
Todos me miraban quietos menos Rubén, se acercó casi corriendo preocupado y se agachó, mis rodillas sangraban demasiado al igual que mi barbilla y yo pues sentía un escozor muy fuerte. Rubén me ofreció la mano para ayudarme.

Me la quede mirando y su cara empezó a cambiar.

Rubén—

No quieren ni tocarme.

Celia

Agarre su mano fuerte y me levanto como pudo pero al tensar mi pierna dolía aún más, paso mi brazo por su hombro y me cargaba caminando.

Nadie movía ni un dedo ni una respiración si quiera.

Caminaba como podía y muy adolorida intentando aguantar llorar más. Rubén me llevo con la profesora y me dejo allí con ella mientras me llevaban a la enfermería, el se fue de allí en cuanto la profesora se lo agradeció.

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Estaba caminando hacia casa al lado de mi madre, estaba hablando con ella cuando me di cuenta que delante nuestro estaba Rubén,caminando solo. Le deje a mi madre la mochila y fui medio caminando/cojeando hacia el.

Celia: Rubén !

Se giró algo asustado y se quedó quieto esperándome.

Celia: que tal? —le dediqué mi mejor sonrisa.

Hizo una mueca y movió su hombre, signo de (bueno bien)

Celia: bueno...(porque no me habla..) te quería decir gracias por ayudarme en el patio.

El miro a mis rodillas y señaló a las vendas mirándome con expresión de preocupación.

Celia: que como estoy?

Asintió.

Celia: ah bien bien ya ni me duele casi—sonreí haciéndome la valiente.

El sonrió.

Madre: Celia venga—dijo mi madre esperándome justo en la esquina por la que se iba a mi casa.

Celia: voy! Nos vemos mañana.

El movió su mano con señal de despedirse.

Le sonreí y fui rápido con mi madre y noté como
Rubén se iba, estuve toda la tarde y noche intentando encontrar un porque.

Porque no habla.

EDITANDO/Mute ; Elrubius Donde viven las historias. Descúbrelo ahora