Kingdom

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"Si he de sentir remordimiento que sea por no haber amado, porque incluso un corazón destrozado ha dejado una huella más profunda que una existencia que guarda con recelo su corazón en un mundo donde la vida apenas dura un suspiro"


Las personas tenían una noción equivocada cuando veían el palacio, creían que debido a su posición en la familia real tenían más libertades pero la realidad era que estas estaban condicionadas por una serie de reglas y estatutos internos, y es que ¿cómo podía uno de los príncipes mezclarse entre los ciudadanos para perder su tiempo en actividades mundanas?

La realeza tenía grandes ventajas, pero también carecía de muchas de ellas, especialmente cuando tu existencia significaba la perpetuación del linaje Real y le gustaría creer que las prácticas matrimoniales sin amor eran escasas, pero la realidad es que eran comunes en la sociedad; todos se casaban por conveniencia y por ello no era de extrañar la existencia de hijos ilegítimos por asuntos como el adulterio. Era triste que estuviera destinado a liderar una sociedad como aquella, pero incluso ante aquel sombrío paisaje existía un motivo para creer que las cosas podían ser diferentes aunque se tratara de las simples imágenes que aparecían cada tanto cuando cerraba los ojos y pensaba en él.

-Kyuhyun, deberías estar en camino al comedor para encontrarte con su alteza real- le recordó al verlo hojeando de manera poco delicada uno de los tantos libros de la biblioteca.

Sonrió -¿por qué siempre eres tan formal? Se trata de nuestro padre- a veces le parecía demasiado elegante usar aquellas palabras para llamar al hombre que le trajo al mundo junto a su madre, como si realmente no fueran nada más que personajes cercanos más que un padre y un hijo.

-Lo sé, pero también es el rey-

-Está bien, dejaré de intentar divertirme dentro del palacio solamente porque eres tú quien me lo pide- murmuró con un tono que cualquiera hubiera podido malentender, pero en ese momento era mucho más importante encontrarse con el rey que corregir su manera de dirigirse a él.


Londres, Inglaterra. Siglo XVIII.


-Entiendo su Alteza, yo me encargaré de ello- dijo de forma respetuosa provocando que el hombre sonriera complacido.

-Me alegra poder contar con tu ayuda en esta ocasión príncipe Jonghoon, ya que su joven hermano no suele acatar las instrucciones de sus tutores- mencionó con un tono de reproche disimulado entre líneas.

Siempre había sido así desde que recordaba, incluso en ocasiones se preguntaba si su padre apreciaba más a Jonghoon porque se parecía a él a diferencia suya que había heredado el cabello castaño de quien fuera su madre y una piel clara que las doncellas envidiaban en lugar de aquel tono que delataba el linaje del que descendía el rey.

-Espero que obedezcas esta vez príncipe Kyuhyun, porque no solo tu reputación está en juego, sino también la de la Familia Real e incluida en ella, la mía-

-Trataré de no ofenderlo - respondió incluso cuando el mismo rey le pedía un favor y desvió su atención a la comida, diciéndole con sutileza que no esperara que algo distinto saliera de sus labios.

La presentación en sociedad era algo que marcaba a aquellos jóvenes que habían alcanzado cierta edad, entonces dejaban de lado su infancia y se convertían en jóvenes adultos que podían participar en asuntos menos infantiles como en el caso del cortejo. Kyuhyun había cumplido diecisiete años meses atrás, pero su presentación ante la aristocracia se había retrasado debido a su obstinación ante el tema y aunque comprendía su manera de pensar, no podían seguir retrasándolo porque entonces sería condenado por la ira del rey y en su posición no podía darse el lujo de añadir más problemas a su lista de faltas como parte de la familia real.

Kingdom {KyuSung/YeHyun}Where stories live. Discover now