Acaricio tu piel con la yema de mis dedos, eres tan suave. Me recreo en tus líneas marcadas, en las aristas de tu contextura cuadrada, eres perfecto. Huelo tu exquisito olor a cuero y especias, intentando llenarme de ti. Te recorro con mis labios, agradecida con la vida. Hasta creo que, sin poder contener mi dicha, derramé una lágrima. Ya eres mío, y yo soy tuya.
Recuerdo nuestro primer encuentro. Estaba de compras, y te vi dentro de un local. Tenías tanta presencia, me pareciste tan altivo. Pasé de largo, pero volví. Tenía que verte más de cerca. Me llamabas, no pude resistirme, terminé cayendo ante tus encantos; a pesar de que intenté convencerme de que eras demasiado bueno para mí.
Mi cabeza sabía que mi capricho me terminaría costando demasiado caro. Mi corazón no lo dudó un instante, ya tenía dueño. Fue lo que se suele llamar amor a primera vista. No sabría decir si te elegí, o me elegiste; no importa, son detalles irrelevantes, ya estamos juntos.
Ahora, yaces en mi cama, esperando, paciente, a que termine de arreglarme, para salir. Te veo por el espejo, combinamos perfectamente. No puedo evitarlo, te sonrío, nunca vi nada más hermoso. Me acerco caminando lento, moviendo mis caderas de lado a lado, seduciéndote. No te beso de nuevo aunque muera por hacerlo, tengo labial y no quiero mancharte; espero que lo entiendas. Paso mi brazo por el hueco que tú me ofreces, y me sujeto con firmeza a ti. Ya es hora de irnos.
Te veo en el asiento del copiloto, indiferente, guardando todos mis secretos; yo conduzco, es mi coche.
Llegamos a la fiesta, me aferro fuerte a ti, estoy nerviosa. Él está aquí. Respiro profundo, tengo que calmarme. Hoy vine a pasarla bien, no voy a permitir que él me arruine la salida. No pienso soltarte en toda la noche, vine a presumirte. Mi brazo te constriñe aun más, ayudándome a fingir la calma que desearía sentir.
Todas las miradas femeninas se posan en ti. Mi pecho se hincha de orgullo. Camino alzando la barbilla, tú eres sólo mío.
Lo veo a la distancia, en una mesa, con su hermana. Nos acercamos, mi cuerpo amenaza con fallarme. Solamente unos pasos más.
Ella me recibe con una sonrisa sincera, no sabe lo que pasó con él. Él también me sonríe, pero al verte hace una mueca de desagrado. En verdad te odia. Después de todo fue por ti que nos peleamos.
Noto que evita mirarte demasiado, aunque no puede contenerse del todo. Supongo que no entiende qué fue lo que vi en ti. ¿Qué no se da cuenta que eres hermoso?
Intercambiamos palabras, y risas frías. Mi agarre se intensifica cuando él me mira a los ojos con desesperación, tomando con precaución mi mano libre. Le duele saber que la brecha entre nosotros cada vez se vuelve más grande. Fue su culpa. Culpa de sus celos. Culpa de su actitud machista. ¿Acaso yo tuve la culpa de enamorarme de ti?
La hermana de mi novio posa sus ojos en ti y sonríe.
—¡Me encanta tu bolso!
Sonrió triunfal mirándolo a él.
—¡Fue amor a primera vista! —Le contesto, regalándole a ella mi mejor sonrisa.
Te miro, ¡estoy tan orgullosa de ti!
Espero que les guste!
Bel<3
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Sentimientos Profundos
ContoEste libro contiene historias cortas. Algunas dulces, otras retorcidas. Te invito a conocer cómo trabaja mi cabeza. ¿Te animas?