Viento

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Con el aroma natural de ciprez una tarde de verano en un pueblo de nombre Zacy donde todas las casas eran de adobe lodo y caña con las cuales construían sus viviendas la gente se dedicaba a la agricultura, artesanía y a labores sociales.
Entre todas estas familias estaba Pedro y Cristina muy jóvenes que cristalizaba un amor eterno, dedicados a sus labores cotidianos tuvieron tres hijos Manuel, Nelly y Cecilia, la última una niña que era la felicidad del hogar entre sus características ojos cafés obscuros una nariz perfilada y unos lunares que adornan sus labios finos con su gran sonrisa llena de ilusión.
Sus juegos de niña que no tenían límite y las caricias de sus padres, ella daba la felicidad armoniosa en aquel hogar.
Veranos y otoños en su infancia que son testigos de su crecimiento cursando en la escuela donde aprendió las primeras letras de la vida las cuales iva conociendo y serían parte de su destino, no le faltaba las amistades tenía ese iman de alegría en su alma soñadora con la cual se divertía en sus juegos donde no existía falsedades solo alegrías de niña soñadora.
Ajena a las miradas crecía llegando a la secundaria donde la niña cambiaba de sus juegos de muñecas a maquillarce y verce radiante con su cabello corto.
Vivía en un parque donde transitaba la gente del pueblo su madre tenía una tienda con la cual educada a sus hijos, ella atendía unas horas en la noche ya que estudiaba en las tardes y sus deberes los hacia en la mañana.
Llego el día que toda niña sueña encontrar su pareja un joven Carlos con su uniforme azul de la escuela Náutica que brillo sus ojos iluminando su jardín de primavera.

MARIPOSA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora