FAVORITEPERSON ;; [yoonseok - os]

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Sus padres se habían separado.

Hacía una década de eso (incluso más), pero él nunca se acostumbraba a cambiar de casa (y compañía) cada dos semanas.

Esta tampoco iba a ser la esperada vez en la que se acostumbraría al fin.

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- Mama, no quiero ir. No le quiero ver la cara, sabes que lo detesto.

Yoongi no quería irse a casa de su padre. Estaba bien donde se encontraba ahora mismo; en la cocina con su madre.

Las siguientes dos semanas tendría que convivir en una casa de 130m² con su padre (Yoongi no es capaz de verlo como un padre en sí) y con el hijo de su segunda, y ahora ex, esposa.
Los odiaba; tan creídos y tan...

- Cariño, entiendo que no quieras ir, pero tienes 17 años y la custodia es compartida: cuando cumplas los 18 podrás libremente alejarte de él. ¡Hasta le podrás insultar!

Adoraba a su madre, pero hoy no le haría sonreír con tanta facilidad.
Taehyung tenía novio... Y no era él.

Le dolía, pero, si se fijaba en sus sentimientos, vería la verdad.

Le dolía más el ego (anda que elegir a Jeon Jungkook antes que a él...) que el corazón.

Mientras su madre cogía la caja de galletas de chocolate (las favoritas de Yoongi), él captó la indirecta de una posible última-merienda con su madre y cogió la leche fría de la nevera.

- ¿Mama, porqué tú matrimonio no funcionó? Sé que hubo infidelidad de por en medio, pero...

- Yoongi, me casé con una ilusión; no conocía realmente a tu padre. No era mi persona favorita, ni yo la suya. Y eso ha tenido mucho que ver.

- ¿Persona favorita?

- Si. Normalmente suele ser el mejor amigo de alguien. Si te fijas, muchas parejas que conoces eran (y lo siguen siendo) mejores amigos.

Ciertamente, pensó Yoongi mientras se llevaba una galleta a la boca y la engullía sin cuidado alguno. Taehyung y Jungkook llevaban una amistad de (mínimo) una década. Una amistad fuerte.

Ahora se alegraba de no haber salido con Taehyung; estaba mejor con Jungkook, y Yoongi se sentía aliviado por esto.

- Siento todo lo que has pasado por culpa de Choi, Mama.

Choi era su padre pero le repulsaba tanto la idea que era incapaz de llamarlo "Papa". Se había cambiado el apellido (el conocido Min era de su madre) con tal de no sentirse atado a ese hombre que rondaba los cincuenta y olía a cigarrillos.

El hombre que le había dado la vida.

- Cariño, ni que fuera tu culpa.

Su madre era tan fuerte... Sonreía aún cuando hablaba del imbécil que le puso los cuernos en su propio lecho matrimonial.

Yoongi sabía que se acercaba su partida y empezó a engullir con más ansiedad sus galletas de chocolate, bañándolas en la leche para que le entrasen en la boca con más facilidad.

-¿No lo odias, Mama?

- Soy incapaz de odiarlo hijo. No me malintérpretes: no lo amo, ni nada por el estilo, pero él me ha dado lo que más amo en este mundo. Tú.

El clarkson del coche del señor Choi sonó y, más a regañadientes que otra cosa, Yoongi tuvo que dejar a sus galletas y a su madre en aquella casa.