Capítulo 2

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"¡¿Que-?!" Miré mi historia reciente, la que publiqué apenas tres días. "¡dos mil leídos!" Exclamé, incrédula.

Y luego la profe de lengua me dice que mis escritos son horribles, y que les falta 'vida'.

Pues yo no creo que a nadie le falte vida en mis escritos. Mis personajes son complejos, igualitos que la gente de la vida real, y eso me encanta. Puedo jugar con su comportamiento y sus emociones, como un titiritero.

Puede que eso haya sonado bastante macabro, pero a fin de cuentas, es la verdad.

Publiqué el capítulo que tenía escrito para que la gente lo leyese y lo comentase, entregándoselo a Internet para que sea objeto de cumplidos o de groserías.

Cerré el programa y suspiré. Ya eran las diez de la noche y todavía no había abierto un libro.

Abrí mi mochila y me dispuse a coger mi libro de biología. Sinceramente, ¡era horrible lo mucho que pesaba!

Estoy más que segura que de mayor voy a tener unos severos problemas de espalda debido al peso que llevo.

Aunque no podía quejarme, la mayoría de las cosas que llevaba al colegio todos los días eran mis propios libros, que también eran muy gruesos y de tapa dura, y aumentan el peso considerablemente.

Página 156... 156... ¡Aquí está!

Actividades 1, 5 , 6, 7 y 23.

Que pereza...

Cogí uno de mis bolígrafos Bic, (inseparables, por cierto) y escribí tan rápido como pude, porque el sueño se apoderaba de mi.

A las once terminé las actividades, y cuando me fui a acostar, recordé que debía se hacer unos trabajos de arte para el director. Gruñí resignada, y torpemente me levanté de la cama y me dirigí nuevamente a mi escritorio.

Tracé dos bocetos y me dispuse a colorearlos. Miré la hora de reojo. Las doce, y todavía me quedaba otro dibujo. Decidí ponerme música rock para mantenerme despierta, porque mis párpados me comenzaban a pesar.

La cabeza se me caía y el dibujo, a pesar de estar coloreado, no tenía un gran contraste.

Si me dedico a añadir un poco más de color al dibujo... quizás pueda lograr conseguir un resultado mejor...

Serían las doce y media, y antes de continuar con mis deberes, tuve una brillante idea.

Mañana me despierto por la mañana, a las seis. Termino mis dibujos, me preparo un café y cojo el autobús de linea hasta el colegio.

Agarré mi móvil y puse la alarma, y justo cuando fui a conectarlo al cargador, este vibró.

Era un mensaje de Publish, la aplicación donde publicaba mis historias.

Cuando miré el mensaje, por poco se me para el corazón.

Elliot 1700 ha comentado: No esperaba  encontrarte por aquí Charlie.

Cliché #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora