Un día más amanecí, me arreglé y cogí mis cosas para ir a la universidad. Como siempre tuve que salir corriendo a por el autobús porque, una mañana más, lo de dormir se me fue de las manos. Llegué sin aire a la parada en una mañana helada y justo entonces, el conductor arrancó, pero pareció verme y paró.
-Por los pelos - me dijo cuando subí
-Lo siento - respondí avergonzada
-Vas a tener que acostumbrarte a poner el despertador más temprano - dijo entre risas. Los conductores de los autobuses que van a la universidad son casi uno más de nosotros, nos ven todas las mañanas y, aunque no se sepan nuestros nombres, siempre te reciben con una sonrisa.
Busqué un sitio libre entre el mogollón de adolescentes que estaban apelotonados buscando el calor mutuo. Afortunadamente, había un sitio libre y me acomodé. El camino era bastante largo, así que decidí colocarme los auriculares y escuchar algo de música para distraerme. Al desbloquear el móvil vi que tenía un mensaje de mi mejor amiga Megan, pero solo lo leí desde fuera.
Que no se te olvide que tenemos que quedar para organizar el cumpleaños de James.
James era nuestro mejor amigo, los tres nos conocimos en el instituto y desde entonces fuimos como hermanos. No nos separamos hasta que llegamos a la universidad y ellos empezaron a estudiar Filología Hispánica y yo, Filología Inglesa. Su cumpleaños era el mes que viene y Megan y yo ya estábamos pensando algunas ideas para celebrar a lo grande sus 18. Sin embargo, mi mente a esas horas no estaba como para pensar en el cumpleaños de James, sino más bien en modo "¿qué haces en este autobús? ¡Vuelve a tu cama!". Pero cuando me quise dar cuenta estaba ya en el campus de la facultad, así que lo de volver a mi cama no iba a ser posible.
Me bajé del autobús y, a pesar de que en él iban también algunos de mis compañeros de clase, seguí caminando por mi cuenta hacia la entrada del edificio de filosofía y letras donde estudiaba Filología Inglesa. No es que mis compañeros no me cayeran bien, eran majos, pero no teníamos tampoco una gran relación más que lo necesario para las clases.
Cuando llegué, me fui a mi sitio de siempre y allí sí estaban mis amigos: Paul y Ellen.
-Buenos días - saludé al llegar
-¿Qué buenos días? Buenos días para ti - respondió Paul en broma, como cada mañana. Si no me respondía así, sabía perfectamente que le pasaba algo.
-Pensé que ya no llegabas - me dijo Ellen con su dulce voz
-Lo sé, me quedé dormida y he tenido que coger el último autobús. ¿Y Mary? - Mary era otra de mis amigas de la uni, pero venía muy poco a clase y solía quedarse dormida
-Ni idea, le he mandado un mensaje pero no me responde - me respondió Ellen
En ese momento llegó el profesor y no pudimos hablar mucho más, aunque Ellen y Paul se pasaron la clase hablando, a mí sin embargo, aunque no podía evitar reírme de algunas de las chorradas que soltaba Paul, prefería estar centrada en lo que el profesor decía porque ya es suficientemente difícil sacar buenas notas en la universidad, lo último que necesito es que el profesor me coja manía.
Cuando tuve un rato entre clase y clase me acerqué a ver a Megan y cuando me vio, vino corriendo a darme un abrazo.
-¿Has visto mi mensaje?
-Sí, lo vi desde fuera esta mañana en el bus
-¿Y por qué no me has respondido?
-Lo siento, venía con prisa que pensé que no llegaba a la primera clase. ¿Has pensado algo para el cumpl....?
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922 KM
Novela JuvenilAdéntrate en la historia de Lena y Byron. Ella, una chica sin más de la gran ciudad de Manhattan y él un hijo de granjero de un pequeño pueblo de Tennesse. Polos completamente opuestos que, a pesar de la distancia, se atraen incondicionalmente. Lena...