El ultimo día

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-Chicos levanten sus sillas y limpien sus sitios- dijo la profesora sin obtener respuesta de algún estudiante.

-¡Vanessa, apurate!- grito Nisa desde la puerta del salón.- ¡ya voyyy!
-Cassi y Alexander te están esperando abajo- dijo Malia cuando bajábamos las escaleras. Era viernes así que tenía la tarde libre y podía acompañar a Cassi hasta su casa, pero me había olvidado de avisarle a Alexander.
-Vane ¿vas para la urba?- me dijo Alexander como todos los días para irnos juntos.
Cassi me estaba jalando para que me apurara, así que solo grite- Al, me voy con Cassi- no sé si me escucho pero me di vuelta rápidamente para seguir caminando.
Malia y Nisa ya habian ido avanzando a sus casas, era raro que no se despidieran, debieron haber estado apuradas.
Como era de costumbre Cassi tenía un chisme que contarme, pero esa vez solo me dio las gracias ni siquiera sé por qué.
- Oye, gracias por siempre escuchar mis pendejadas- me dijo con una cara entre seria y preocupada.
-ok... Pero porque me lo dices de la nada-
- no sé, tengo un mal presentimiento. No, mejor olvídalo- y luego empezó con la rutina de chismes diarios.
Era un día común, así que al llegar a mi casa solo me tire a descansar, las tareas las haría el día siguiente, no pensaba perder el puesto que tanto me había costado alcanzar.

Como dos horas después Alexander me mandó un mensaje.
-Vanessaaa-
- ¿qué paso?- le conteste pensando de que había pasado algo malo.
-jajaja, nada. Solo quería ver si podías salir para ver el eclipse lunar juntos- escribió con muchas caritas riendo.
-verdad el eclipse, lo dijeron en las noticias de la mañana. Si puedo, espera me arreglo que sigo con el uniforme- mentira, ya estaba en pijama.
-ok, te espero- ese fue el último mensaje que me mando.

-Que guapa- empezó a fastidiarme mientras yo solo me reía.- hay que esperar que empiece el eclipse, desde el parque se va a ver muy claro.

Mientras esperábamos conversamos mucho, aunque de puras tonteras, la pasamos muy bien. Pero algo no me cuadraba, me sentía segura a su lado y él conocía todos mis secretos. Por alguna razón tenía nervios y un sentimiento extraño hacia él. Era algo que nunca había sentido. Estaba intranquila, mis manos estaban heladas aunque no hacía mucho frió, el seguía hablando mientras yo solo miraba fijamente sus ojos de color entre negro y café, su cabello oscuro que ya estaba algo largo y su sonrisa imnotizante.
Después de un momento analizando que era lo que me pasaba, descubrí que sin darme cuenta me había enamorado de mi mejor amigo, el que había estado conmigo en las buenas y en la malas, al que le conté todos mis secretos, el que a pesar de haberlo conocido solo hace dos años, se había ganado mi confianza. Si, de él me enamoré.

-Al... ¿alguna vez te has enamorado de una mejor amiga?- le dije sin pensarlo, como si fuera inconscientemente.
-Aaa... Bueno te podría decir que hace poco me di cuenta que m...- de repente sonó mi teléfono, nunca me habían llamado en un momento tan crucial como ese, pero tenía que contestar, si no lo hacía me iba a caer el gran sermón al llegar a casa.
- Hija ¿dónde estás?-

-má estoy en el parque con Alexander- mi mamá ya lo conocía, así que ella sabía que con él estaba segura.

- ¡ahh! estas con él, me había preocupado, pero ven rápido que han venido tus tíos-

- ya voy mamá, no te preocupes- colgué y de inmediato metí el celular al bolso.
- sorry Al, me tengo que ir- le dije mientras me levantaba de la banca del parque.
-no te preocupes ¿mañana sales?-
- sí, mañana nos vemos- nos despedimos con un beso en la mejilla como siempre, pero esta vez algo era diferente, mientras cada uno iba por su lado, volteamos y nos miramos hasta que un muro nos separó.
Esa fue la última vez que hable con Alexander, y también el último día en el que él se acordaba de mí.

Esa noche no pude dormir, mi cabeza daba vueltas, tantas como las que yo daba en la cama de lo que no podía conciliar el sueño.- ¡es mi mejor amigo, es como mi hermano, no puedo estar enamorada de él!- me repetía, pero no podía seguir engañándome. Fui al baño a lavarme la cara, cuando me miré en el espejo vi como una lagrima cayo de mi ojo, luego otra y otra, mis ojos color miel se tornaron verdes, como cuando lloraba siendo aún una niña.-¿por qué?- empecé a decir entre susurros -¿por qué me enamoré de mi mejor amigo? yo jamás lo había visto de esa forma ¿por qué ahora?¿por qué?- pero todos esos porqués no tenían respuesta, solo me dedique a llorar en silencio. Estaba sola en mi casa, mi mamá salió a tomar algo con mis tíos y mi hermana menor se había ido a una pijamada donde su amiga. Puse música para no sentirme sola y dejar de pensar en toda la situación, unos minutos después me quede dormida y ese fue el preciso momento en que empezó el eclipse, no sé si decirle coincidencia o destino, pero en ese momento todo cambiaría radicalmente.

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⏰ Última actualización: Dec 22, 2017 ⏰

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