¿No les ha pasado que de repente les llega un sueño que no les deja abrir los ojos correctamente? Pues a mí sí y siempre en los momentos menos indicados; como por ejemplo cuando estás haciendo un examen, en clase de matemáticas cuando no entiendes un pepino de la clase o cuando tus padres dan un sermón.
Pareciese como si nuestro poco funcionamiento cerebral como adolescentes trabajará para tres cosas comer, dormir y estar cachondos todo el día. ¡Qué alguien me explique porqué es así! Uno que quisiera ser aplicado en clase y hacer caso cuando... Jajajaja, ni yo me la creo. A nosotros nos gusta nuestro mundo de vagancia y problemas personales continuos, aunque queremos mostrar a el exterior (adultos) que somos más que unas simples criaturas que a penas iniciamos nuestra evolución mental en esos únicos tres ámbitos.
Aplaudo a la ciencia por haber descubierto otra especie de perezoso. El adolescente.