II

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¡Hora de despertar, jodidos vagos, alzaremos las velas en diez! —espetó NamJoon, golpeando una cacerola con una cuchara de madera. Algunas de las personas que dormían en hamacas como él, con la resaca a flor de piel, cayeron de sus camas y se golpearon contra el suelo en un sonoro golpe, la mayoría, como yo, lanzó una larga risotada por los pobres desgraciados.

Con los ánimos renovados, los piratas arreglaron sus maltrechas prendas y salieron a tropezones hacia afuera, yo simplemente espere a que saliera el montón para dirigirme a cubierta. Allí estaba como era de esperarse, NamJoon dando órdenes a diestra y siniestra mientras los hombres corrían de un lugar a otro, nada nuevo y sin embargo, aburrido, ¿en serio tenía que buscar sirenas? ¿y dónde está el puto oro en todo esto? Bufó fastidiado, estaba seguro de que ahora mismo podría lanzarse al mar, hacerse pasar por un jodido suicida y nadar hasta alguna orilla para subir a otro barco de piratas con mejores ambiciones.

Un calorcito le golpeó la nuca, suponía que el sol estaba más fuerte esa mañana y que debía cuidarse si no quería atrapar una insolación como la otra vez. A la distancia TaeHyung y MinSeok le hacían señas para que se acercara de una buena vez, al parecer les había tocado limpiar la cubierta y estaban fregando el suelo como si no hubiese un mañana con una cara más que molesta. Como no estarlo con este calor ¡Dios, se estaba derritiendo!

¡Hasta que llegas! Pensé que la mirada del capitán te había convertido en piedra —se burló TaeHyung, ¿mirándome? ¿el capitán? Nah. Con un poco de curiosidad me voltee sin aparentar y... ¡santa mierda, lo estaba mirando!

Diablos, JiMin. ¿lo dejaste cachondo o algo?, parece que te come con la mirada —dijo TaeHyung y MinSeok rió entretenido mientras seguía fregando el piso, aveces agradecía que él tuviera mucho más pudor que cualquiera de los piratas del lugar.

Pfft, si supieras... —rodó los ojos, más que cabreado de tanta atención ¿es qué el capitancito no podía continuar ignorando su existencia como hasta ahora? ¿que fue lo que cambio? Ah, ya sé, lo deje a medias.

¡No me puedes dejar así, JiMin! Necesito nuevos chismes que contarle a Jin. ¡Ese tipo me exprimió hasta dejarme seco!

¿Acaso te acuestas con el cocinero? —bromeó, sin poder contenerme.

¿Qué? ¡No! Lo que pasa es que Jin parece cotorra cuando comienza a hablar.

Perfecto para alguien como —acotó MinSeok, riéndose junto a él ante el puchero de TaeHyung.

¡Mejor limpien, par de vagos! —nos reclamó, refunfuñando e hincandose para, de nueva cuenta, comenzar a limpiar el suelo. MinSeok lo miró cuando vió por el rabillo del ojo que se acercaba NamJoon y con palabras silenciosas, decidieron seguir el actuar de su infantil amigo.

El día paso más lento de lo que pensó que pasaría, las agua estaban tranquilas y TaeHyung se había ido temprano a ayudar a Jin con la cocina por lo que tuvo una plena charla con MinSeok sobre Chen, su acosador personal. Sin embargo, pese a lo tranquilo del día, el maldito calor en su nuca, espalda y trasero no lo dejaba tranquilo, ¿qué le pasaba a ese hombre? ¿se había obsesionado con él? ¡pero si antes ni la hora le daba! Maldito pirata...

Cuando la noche llegó y bajo por las escaleras para por fin descansar del maldito sol, NamJoon llego justo cuando estuvo a punto de echarse a dormir sobre su hamaca. No me digas... YoonGi.

Infiltrado➧Ƴɱ [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora