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Ocho meses sin escribir y un centenar de pedazos de mi corazón sobre el suelo.
Eso es lo que me ha llevado a descubrir que te he perdido, que me he perdido y que no sé dónde coño encontrarnos. Estoy ciego ante el dolor, y creo que esa es la razón por la que mis ojos no me permiten verte. Oigo tu voz frente a mí.
Estoy en medio de un océano de olas incesantes y se me ha olvidado cómo nadar. En mis pulmones cada vez entra menos aire y mis fuerzas están perdiendo su intensidad a un nivel descomunal. Oigo un latido cerca mía, pero sé con certeza que no es el tuyo. Suena diferente. Soy consciente de que te han llegado los mensajes que con tanto esfuerzo metí en el interior de las botellas y que no estas dispuesta a venir a salvarme.
No creo que aguante mucho más, pero si te decides a rozar tus labios con los míos con la misma delicadeza que antes, a regalarme un poco de tu fragancia de rosas y a acercarte por última vez, tal vez pueda renacer de una vez.
-Ethan M. Williams.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2017 ⏰

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