Cuando era pequeña, solía fijarse en las manos de la gente. En como podían ser de variedad de tonalidades de colores diferentes y, al fin y al cabo, servir para lo mismo, para alegrar caras con un solo roce y arruinar vidas con solo apretar un gatillo. Nunca pudo elegir unas favoritas.
Hasta el día que las vio por casualidad.
Porque aquellas no solo podían cambiar el mundo sino que también podían cambiar SU mundo. Unas manos capaces de cambiar la meteorología, que revolucionan a animales en su estómago y que una vez que tocan, el tacto no se borra. Pertenecían a un chaval de mirada cansada y de corazón gigante, del cual evitaba hablar, ya que desconocía su valía.
Ella deseaba que esas delicadas manos, con las uñas demasiado cortas de tanto morderse, rozaran su espalda con delicadeza y entrelazaran sus dedos con los suyos, con el fin de predicar su amor. Que se acercaran a su pecho y pudieran sentir lo que latía dentro de él. Pero ya era demasiado tarde. Porque estaban tocando el de otra persona. Y eso que estuvieron a punto de rozarse.

ESTÁS LEYENDO
Acércate
Krótkie OpowiadaniaAcércate, Porque te necesito aquí, para arreglar mi mundo, para olvidarme de mis problemas. Acércate, porque no veo más que ruinas aquí, porque mis sueños están perdidos y no saben donde encontrarse, porque no sé que hacer. Guíame en mi camino, dame...