Acunar

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El reloj marcaba las 19:30, estaba arreglando las mancuernas de mi camisa mientras veía a Guren secarse el cabello como perro.
-Te dije que te apuraras.- musité.
-Ya, ya, no me tomará tanto tiempo arreglarme.- Responde al mismo tiempo me abraza por la espalda. -¿Bailarás conmigo?
-No lo sé.
Frunce el ceño y comienza a peinarse el pelo.
Siento el calor de sus manos con las mías cuando me pregunta por qué estoy nervioso. Lo miro fijamente y exhalo antes de responderle.
-Por mi familia, ya sabes cómo son...contigo...
Acaricia mi mejilla.
-Todo saldrá bien, usaré mis encantos para agradarles.

La imponente mansión de la familia Hiragi se levanta frente a mis ojos al mismo tiempo que repasa el plan de la noche en mi cabeza por décima vez: saludar, felicitar a su padre, comer y brindar.
Para cuando estacionamos el carro aún me temblaban un poco las rodillas. Guren se percató de ello y me dio un delicado beso en la mejilla para intentar tranquilizarme.

-Amo Shinya- Nos detiene un sirviente ofreciéndose a tomar nuestros abrigos- llega algo tarde, y...- mira de reojo a Guren- veo que viene con un acompañante.
Mi chico estaba tan entretenido viendo los adornos de la casa que no le escuchó.
Visualizo a mi padre a la distancia y jaló a Guren para que me acompañe.
-Hola padre, ¡feliz cumpleaños!
Su mirada fría me da la bienvenida antes de girar sus ojos hacia mi cita.
-Hablaremos de él más tarde.- dice con desprecio y se aleja.
Siento que puedo respirar de nuevo, Guren está muy quieto junto a mi tratando de ignorar lo que dijo mi padre sobre él. No puedo evitar sentirme herido.
-¿Quieres algo de tomar?- interrumpo sus pensamientos y acepta mi propuesta con una sonrisa.
-Hace mucho que no veía a tu familia, parece que su opinión de mi no ha cambiado.- Resopla.
Levantó la mano para acariciar su mejilla pero me detengo al sentir las miradas de los invitados sobre nosotros.
-No tomes enserio lo que dicen, no saben lo perfecto que eres.
Las mejillas de Guren se ponen de un rojo intenso en un instante y me mira avergonzado.
-Shinya...-susurra.

Después de la cena acompañada de las incómodas preguntas de los asistentes, mi padre se levanta con una copa en mano para brindar.
-Quiero agradecer a todos por presentarse está noche y espero que se diviertan.
-Que seco.- musita Guren. Le pateo la pantorrilla para que guarde silencio.
Al terminar de brindar varios invitados se levantan junto con el suave sonido de una orquesta tocando, preparados para bailar.
El chico pelinegro me toma de la mano con la intención de unirneles pero yo me suelto. Levanta las cejas, asombrado.
Una de las cosas que más me gustan en el mundo aparte de Guren es bailar con él, sin embargo, no puedo hacerlo frente a mi familia, no frente a todos esos ojos juzgándonos. Él insiste, me comienzo a sentir mareado y me muevo hacia el balcón.
El aire fresco calma mi ansiedad y decido que debo regresar. En el camino me encuentro con una vieja amiga de la escuela, me pide que bailemos juntos, aceptó por cortesía. Busco con la mirada a Guren mientras nos balanceamos con la música, al fin lo encuentro y...me estremezco, me está viendo fijamente, en sus ojos hay una mezcla de enojo con pasión.
La muchacha frente a mi desaparece y me concentro solamente en él, vigilando con un poco de satisfacción el hacerlo celar. De repente Guren camina rápidamente hacia nosotros, toma la mano de la joven y le dice cortésmente que le conceda un baile conmigo. Mis ojos se abren de asombro y me hecho para atrás. Pero es muy tarde y Guren ya me sostiene por la cintura. Me pega hacia su cuerpo, de inmediato siento todas las miradas sobre nosotros. Aunque quiero escapar y decir que fue una broma, su olor me embriaga y me mantiene junto a él. Soy su presa.
Una nueva canción comienza y nos movemos lentamente hacia los lados. Meciéndonos suavemente, mis nervios se disipan, disfrutó del momento íntimo con mi chico, hasta que siento una mano en mi trasero.
-Guren, sube la mano.- le susurró, con una voz avergonzada.
Él ríe.
-Al final si bailaste conmigo.
-Cállate y deja de pisarme.
Seguimos el ritmo de la música y me siento tan ligero como una pluma. Sin querer chocamos contra otra pareja, lo que me saca de mi ensoñación. Me pongo nervioso de nuevo, me suelto de su agarre y camino hacia la salida. Guren se queda de pie antonito.

-Shinya, ¿qué fue eso?
-Lo siento, Guren, no debí haber huido así pero, todos nos estaban viendo y yo...-Toma mis manos.- No tenias que seguirme hasta acá.- susurró.
-Claro que tenía que hacerlo. Eres mi cita.
Nos quedamos en silencio un instante y resisto las ganas de llorar por haber sido tan tonto.
-Shinya, te amo. Deja de preocuparte por lo que piensen los demás de nosotros, yo te amo. Ahora...Vayamos a casa, veamos un par de videos de gatos mientras tomamos chocolate caliente, ¿te parece?

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⏰ Última actualización: Oct 04, 2017 ⏰

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El chico de plata-GureShinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora