Estoy intranquilo, hace ya semanas que no veo a Erwin.
Tengo miedo de que le haya podido pasar algo, son titanes; más concretamente el Titan Colosal y el Titan Acorazado...pero es Erwin. No le ha podido pasar nada...
¿No?
No tendría que estar peocupado por él...¡Yo le odiaba! Me obligó a entrar en el cuerpo de exploración, quería matarle. Y por si fuera poco perdí a mis amigos; Furlan...Isabelle...¡Todo por su culpa!
O eso pensé en aquel entonces. Ahora, después de todo este tiempo, las cosas han cambiado y él se ha vuelto muy importante para mi.
Erwin me dió fuerzas para seguir adelante cuando ellos fallecieron. Supongo que esa es la razón por la que le tengo aprecio...
Hace unos días todos se fueron para rescatar a Eren ya que fué raptado por Reiner y Bertholdt con la ayuda de Ymir. Yo no he podido ir ya que en la última expedición me lesioné el brazo.
La sede de la Legión de Reconocimiento nunca había estado tan vacía. Erwin insistió en dejarme aquí con la pesada de Hanji por mi pequeña lesión. Durante todos estos días que ha durado la misión ha estado detrás de mi para enseñarme informes de unos estúpidos y antiguos experimentos con uno de esos adefesios al que llamó Nick.
. . .
-¡Levi!- Hanji entró en mi habitación abriendo la puerta de una patada. A diferencia de los días pasados, no tenía las manos llenas de papeles desordenados. ¿Será que se le han acabado los dichosos informes?
-¿Qué pasa?
-¡Van a abrir las puertas!¡Han vuelto!
Me levanté por impulso y sin decir nada más salimos de la sede y caminamos en silencio hasta la entrada del muro. No queriamos dar nada por hecho, si la misión había salido bien o mal. Aunque hubiera sido un éxito no sabiamos con cuantas bajas nos encontraríamos.
Vi como la enorme piedra que cerraba el muro se abría. Se podía escuchar el galope de los caballos, cada vez más cerca.
Hanji se acercó a hablar con unos obreros dejandome solo. La muchedumbre era cada vez mayor así que me alejé de allí, no me gustaba estár con esa gente, solo van a ver a los recién llegados para criticar a la legión. Fue cosa de minutos y la primera carreta llegó. Esta era la más rápida, la de los gravemente heridos. Si esta iba la primera y con esa velocidad no significaba nada bueno. Quise ver quien iba ahí dentro, pero la velocidad a la que iban no me lo permitió. ¿Cuántos irian allí? ¿Tres? ¿Cinco?
Comenzaron a llegar los demás. Algunos montados en caballos y otros dentro de carretas. Iban pasando heridos cada cual más grave que él anterior.
Seguía sin verlo.
Cuando ya iba perdiendo la esperanza de que Erwin siguiera vivo escuché como me llamaban desde el interior de una caravana.
-¡Capitán!
Aparté bruscamente a la gente que me cerraba el paso para poder acercarme a la carreta, recibiendo algunos insultos por parte de esas personas. Al asomarme vi quienes iban en el interior: Armin, Sasha y Eren quien iba dormido y tenia la cabeza apoyada en las piernas de Mikasa. Noté como mi corazón se oprimía. Eren estaba ahí, lo habían conseguido. Por más que quise alegrarme por ello no pude. ¿Donde demonios está Erwin?
Reprimí mis ganas de patear cualquier cosa y traté de hablar pausadamente.
-Armin...¿Qué tal, como está Eren?-noté como mi corazón se volvia a encoger. Eren era importante si, pero lo que realmente quiero saber es como está Erwin.
-Bien...bueno, ahora mismo debe de estár muy cansado ya lo ves-Armin sonreia levemente mirando a Eren dormir, en el momento en el que me miro a los ojos noté como se puso más tenso y nervioso-...C-capitán el comandante...-Él lo sabía, sabía que lo que realmente me importaba era Erwin- iba en la primera carreta...
Armin no me dijo mucho más, solo que estaba gravemente herido y que se lo llevaron de urgencia ya que se estaba desangrando. Mis ganas de verle aumentaron aún más ¿Y si no volvia a verlo?
🌈 🌈 🌈
Estaba sentado en la cama de la que ahora sería la habitación de Erwin en el hospital, nunca antes había estado tan nervioso. No paraba de repetirme a mi mismo Está bien, no está muerto...está bien.
Mi silencio era tal que pude escuchar unos pasos acercándose cada vez más a la puerta. Era él, no tenía ninguna duda, así que me puse de pie a la vez que la puerta se abría.
Al fin lo vi, estaba herido; gravemente herido. Su brazo... Miré hacia arriba y enseguida reconocí esos preciosos ojos azules brillantes, aunque ese no era su brillo normal. Ese brillo reflejaba todas y cada una de las lágrimas derramadas.
Hubo un silencio.
Suspiré aliviado...estaba vivo, estaba conmigo. Me dio la impresión de que quería decir algo pero en el momento en el que me acerqué a él solo escuché su respiración.
Se quedó sin palabras.
Puse las manos es su pecho sintiendo cada latido de su débil corazón. Está vivo me repetí.
Cogí aire y comencé a hablar.
-Erwin te dije que no fueras a esta misión o al menos no sin mí. Era muy peligrosa y...
Apreté los dientes e intente reprimir mis ganas de llorar.
No pude evitarlo.
Mis lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas; una tras otra. Agarre su chaqueta lo más fuerte que pude y seguí llorando con la cabeza apoyada en su pecho.
A todo esto Erwin seguía sin palabras.
-No puedes...¡No vas a ir a otra misión!-me corregí.
Erwin hizo el amago de responder pero levante la mirada y antes de que pudiera decir algo seguí hablando.
-¡Maldito imbécil! Hazme caso aun que sea solo una vez...¡Toma mi consejo!
Al fin Erwin habló.
-Pero Levi...-tenía un hilo de voz a demás de que esta le salió ronca- sabes perfectamente que no puedo, soy el comandante de la Legión y es mi responsabilidad ir.
Apoyé bruscamente la cabeza en su pecho y negué con ella repetidas veces.
-Te he dicho que no. No puedes morir, yo...¡Te necesito! Cuando perdí a Isabelle y a Furlan tu fuiste el único que me ayudó a seguir adelante. Desde ese día me prometí a mi mismo que te protegería aun que tuviera que dar mi vida...Por eso no puedes ir a más misiones. Yo...te necesito vivo, por favor. Te necesito.
Le abracé lo más fuerte que pude con cuidado de no hacerle daño.
-Por favor...-susurré mientras lloraba en silencio.
Él correspondió a mi abrazo agarrándome la cabeza sobreprotectoramente. Nos quedamos en un acogedor silencio donde lo único que se escuchaba eran mis sollozos.
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