CAPÍTULO 2

75 9 0
                                    



Después de aquella vez que decidí comer con él, los días pasaron y Jimin y yo nos volvimos inseparables en poco tiempo. Mi hábito de saltarme las clases para estar solo se convirtió en el hábito de no ir a clase solo para pasar más tiempo con Jimin.

Pronto también le propuse acompañarme mientras pintaba en el aula de arte. Bueno... seguramente desde su punto de vista le di permiso, aunque para mí fue más como una invitación. La verdad es que odiaba pintar habiendo gente a mi alrededor, sentía que no podía por completo. Pero pintar con Jimin era diferente, era como no tener a nadie pero no estar solo. Sí, era raro.

El paso de los días se convirtió en el cambio de las estaciones y para mí fue como segundos. Y hacía tanto tiempo que el tiempo no pasaba de forma fugaz y que yo tenía que tenía que desear que las horas se detuviesen.

La mayoría de nuestras horas, juntos, estaban llenas de nuestras risas. Su risa. La sonrisa que se formaba en su rostro, sus mejillas sonrosadas e hinchadas más de lo normal provocando que sus ojos, normalmente muy grandes, desapareciesen, convirtiéndose en dos finas curvitas... tal vez era la imagen más bella y tierna que había visto nunca. Y el sonido de su risa... era tal vez la melodía más hermosa que había oído jamás. ¿Cómo de hermoso sería entonces el sonido de su voz cantando?, siempre me preguntaba a mí mismo.

Pero no todo era bueno. Los días de risa, aunque eran predominantes, no estaban presentes entre nosotros siempre. Los días malos eran por mi culpa, pero no podía evitarlo.

En esos días lo único que sentía era soledad, solo veía oscuridad a mi alrededor, una profunda oscuridad y soledad rodeándome. Pero quería a Jimin a mi lado. Aunque no sintiese su compañía de verdad, me empeñaba egoístamente en que se quedase a mi lado. No es que se lo pidiese literalmente, pero sabía que él se quedaba conmigo y yo no quería hacer nada por evitarlo. Sabía que le hacía daño y que le hacía sentir la misma soledad que sentía yo, pero no era capaz de apartarlo de mi lado... Nunca me había sentido así.

Hoy era uno de esos días.

– Taehyung... – escuché su suave voz de pronto.

Volteé mi cabeza un poco desorientado. Jimin nunca decía nada en este tipo de situación, solo se quedaba a mí lado en silencio.

Una sonrisa llena de ternura apareció en su rostro, aunque su rostro reflejaba pena.

– Quiero... yo... – soltó una risa en forma de suspiro – No sé... solo quiero ayudarte. No me importa que me ignores o yo que sé, pero el hecho de verte así...

– No pasa nada – le interrumpí y apoyé mi mano sobre la suya la cual reposaba en su muslo, añadiendo seguidamente – Lo siento. Siempre te quedas a mi lado y debes de sentirte muy mal siendo ignorado y yo ni siquiera te pido que te vayas y te dejo pasar por esto.

– ¡No! – exclamó con una mirada ya más seria – He dicho que no me importa, no es por mí... De verdad... solo quiero ayudarte... por ti.

Le dediqué una sonrisa. Era una sonrisa falsa y, seguramente, a estas alturas, después de tanto tiempo juntos al día, él seguramente se daría cuenta de ello.

– No es nada en serio... Solo... mejor déjame solo cuando este así. Haz cualquier cosa... no sé haz más amigos, escribe poesía o tus canciones o no sé estudia... – aparté mi mano y con ella mi vista de sus ojos. No podía ver sus ojos así, con esa tristeza inundándolos.

Entonces sentí algo cálido posarse en mi mano. Era su mano ahora reposando sobre la mía. Entonces me di cuenta por primera vez de lo pequeña que era la suya en comparación con la mía. Levanté nuevamente la cabeza y le miré directamente a los ojos los cuales ya estaban clavados en mí.

Forget me not (VMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora