La Hija Del Mal

008

N/L

Mire al hombre que estaba hablando... No le prestaba atención... Estaba intentando desatarme, ya me había roto una uña.

...Ustedes es tan aquí, por algo... Digan, o sufriran las consecuencias.. -Dijo con una voz gruesa y ronca, parecía que venía del infierno mismo.

Me empecé a reír, todos me miraron con.. No se, una mirada rara, no se como describirla.

De qué te ríes? -Pregunto el hombre.

De ti! -Dije en carcajadas

Niña insolente! -Dijo gritando, aún no comprendía porque todos aún me decían niña, ya tenía 20 años- Hoy morirás!

La corte de los Búhos era una Asociación de personas multimillonarias como Bruce que querían dominar varios lugares del mundo. Principalmente, Gotham. Pero la corte de los búhos tiene un arma secreta; por la cual, todos nos debemos preocupar.

Oso, oso mentiroso -Cante

Red Hodd me miro, parecia no entender lo que pasaba... Yo le sonrei y segui diciendo cosas.
Estuve cinco minutos diciendo cosas son sentido para que no se dieran cuenta que estaba a nada de liberarme.

Basta de payasadas! -Dijo el hombre.

Tienes razón! -Dije y me levante- Empecemos con la acción! -Le lancé mi navaja a Red Hodd para que se liberará y también a los demás.

Salte de mesa en mesa, asesinaba a unas cuántas personas en el camino, voltee hacia atrás y venían todos siguiendome; me detuve cuando llegue a una puerta.

Estas bien? -Me preguntó Red Hodd

Si -Sonreí.

Parecía que todo estaba calmado... Pero la arma secreta de la corte de los búhos había sido liberada, eran personas vestidas como con una especie de traje samurai negras con una máscara de búho de cobre, algunos tenían Sais, Garras, Espadas.

Bien, tenemos que dividirnos... -Dijo Cassandra.

Asentimos, nos dividimos en dos partes, era Cassandra, Zoé, Katelyn, Rose y yo; y el otro era Red Hodd, Ricardo, Athanasia y Sam.

Te veo abajo -Sonreí.

Si, abajo... -Dijo Red Hodd

Se quito su capucha y me beso, fue un beso sólo de comisura, nada de movimiento.

Te veo abajo -Dijo Jason- Ahora corre! -Dijo para después dar media vuelta y sacar sus armas- Yo me encargo de ellos -Corrió junto con los demas hacia ellos mientras disparaba

Katelyn, Cassandra, Rose y Zoé ya estaban al otro lado de pasillo, corrí hacia ellas lo más rápido que pude.

Que romántico! -Dijo Zoé burlándose.

Callate, continuemos en nuestro trabajo -Dije mientras rodaba mis ojos, saque mi pistola y abrí una puerta, apunte rapidamente y no había nadie, la cerré y volví con ellas- No hay nadie...

Era obvio, Lucy -Dijo Rose mientras tomaba su espada.

Qué vas a hacer? -La mire confundida.

Voy a hacer algo interesante -Sonrió, y encajó su espada en el suelo y levantó una tabla, dejando a la vista un laboratorio secreto.

Tenemos que saltar? -Preguntó Katelyn

Si... -Dije mientras saltaba.

Caí en la habitación de abajo sin hacer casi ningún ruido.

Bajen! -Mire hacía arriba.

Di unos pasos hacia atrás. Primero bajo, Cassandra, después Zoé, después Katelyn y después Rose.

Qué es esto? -Pregunto Zoé mientras daba una vuelta en su propio eje.

No me había percatado de lo que Zoé decía.

No... Puede... Ser -Dije y me tape la boca con mis manos.

No se de que te preocupas -Dijo Katelyn.

La tomé del cuello de su traje, la acerqué a milímetros de mi cara. -Qué no ve los que están en esos tubos!- Le dije mientras le volteaba su cara para que viera lo que pasaba.
Eran tubos de agua con "Personas" desnudas,  algunos eran huesos, otros cadáveres, otros tenían algunas heridas y otros estaban completos; me le acerqué a uno de los tubos, era una mujer, su piel tenía una tonalidad... Algo verdoso y azulado, sus "venas" resaltaban demasiado... Toque un poco el cristal con mis dedos, la mujer abrió los ojos... Grite y caí de senton hacia atrás.

Qué pasa? Pregunto Cassandra.

Se movió! -Conteste mientras me paraba.

Bajaron varios de los "Buhos", esto no acabaría bien

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Adelanto de un próximo Capítulo, no es el 009

Entonces? Srtas. Por qué están en Arkham? -Preguntó una mujer.

Porque dicen que estamos locas -Dijo una de las dos chicas.

Y ustedes que piensan? -Las miro.

No estamos igual de locas que nuestros abuelos ni siquiera como nuestros padres, pero tampoco estamos lo suficientemente cuerdas como el resto del mundo -Contestó la otra chica.

Empazaron a reírse como unas locas; parecía que nunca terminarían de reír.