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(Especial 1K) El primero

Primero 

Sus manos temblaban eso era seguro

Su corazón latía tan fuerte que temía que saliera de su cuerpo y se tirara a los brazos de ella, pero lo reconfortaba el hecho de que ella lo cuidaría bien... O eso cree él 

Sus pensamientos solo repetían la frase "Hazlo, no tengas miedo"

Pero claro que lo tenia ¡Estaba apunto de declararse! ¿Acaso eso no era motivo suficiente para estar atemorizado? 

 —Tu puedes hacerlo —Se animo mientras daba pequeños brincos en su lugar —Solo debes mirarla a los ojos y.... No eso no, mejor no la mires a los ojos, podría salir corriendo si hago eso—suspiro cansando 

Estaba decido a tirar su plan por la borda, tal y como lo hizo con su nota de calculo, intento alcanzar una perfecta calificación, pero se rindió en el intento dando como resultado tener que regresar en vacaciones para recuperarla. Creo que me desvié del tema, así que regresemos 

Sebastian empezó a dar pasos lentos y cortos hacia la salida, pensó en lo que haría después de llegar a casa y que su hermana empiece a preguntarle sobre como le fue en su "Cita", tendría que mentirle, era la mejor opcion y después de un tiempo el tema quedaría en el olvido 

La puerta chillo sacando al castaño de sus pensamientos, miro hacia esta y vio la figura de aquella chica que robaba sus pensamientos hasta en los sueños, entonces sonrió, como el idiota enamorado que es

 —Lamento la tardanza —se disculpo aun desde la puerta, su voz sonaba cansada como su hubiese corrido un maratón

Sebastian rio      

—No te preocupes, yo acabo de llegar—Mintió. La verdad es que había llegado hace mas de dos horas, solo para asegurarse de no llegar tarde 

—Muy bien ¿De que querías hablar? —Directa. Esa era una de las cosas que mas le gustaban al castaño

—Traje esto para ti —Extendió el ramo de flores. Keith lo miro sin ninguna expresión en su rostro —¿Ocurre algo?   

—Soy alérgica a las rosas —Punto negativo para Sebastian —Y están marchitas —Dijo apuntando hacia el ramo. La mirada de Sebastian se dirigió a este y se dio diez bofetadas mentales, una por no saber la alergia de "Su amor platónico", otra por no revisar el ramo antes de dárselo... O comprarlo y las otras por si lo arruinaba mas adelante    

—Lo siento —murmuro tirando aquel ramo hacia algún lado de la azotea  —Debí ser mas cuidadoso 

Keith le sonrió —Tu intención es lo importante 

Amabilidad, esa era otra cualidad que amaba de ella 

—Dejando el ramo a un lado —aclaro su garganta y miro a Keith a los ojos. Mala idea. Sus manos empezaron a sudar mas de lo normal y sus piernas se sentían como si fueran de gelatina ¿Como es que los ojos de ella tuvieran tanto poder sobre el?  

—Yo quería decirte que... Yo... —las palabras no salían, a pesar de que su corazón y sus pensamientos lo gritaran, sus cuerdas vocales no cooperaban —Yo...

—¿Tu? 

—Tengo ganas de ir al baño 

¡Estupendo! La única oportunidad que tendrá de declararse y solo dice eso, por algo eran las diez bofetadas....