Día dos

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Después de la visita de su amiga, Isabel regresó a la rutina y pensó:
-¿Por qué estar aquí deprimida?- Tengo que hacer algo, salir, divertirme, dejar de pensar en esto que ya no tiene sentido.
Así que decidió darse una ducha, ponerse su mejor ropa y maquillarse aunque no lo hacía muy seguido, cuando estaba lista salió de su habitación, todos en la casa la veían asombrados, ella jamás se vestía tan bien y mucho menos se maquillaba todos se preguntaban:
-¿A donde va?
Ella sonrió y dijo:
-Daré una vuelta, ya regreso.
Todos se veían asombrado y al mismo tiempo felices de que comenzará a cambiar de actitud. Salió al parque, rodeada de niños jugando, hojas secas y parejas felices no pudo evitar pensar en él, maldita sea, cuanto dolía su recuerdo y pensó en una forma de liberar todo lo que tenía dentro.
-Escribelo- Pensó en voz alta. Claro era la mejor forma de liberarse sin incluir a nadie mas en esta etapa tan cruel de su vida. Regresó a su casa y tomó un libro, una pluma y un pañuelo por si acaso. La historia comenzó así:

El otoño que jamás pensé vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora