Relatos Parte I

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Relato N°1

Chica de 17 años:

Desde hace 2 años me gusta un chico. Nos conocimos en un campamento cristiano. Los chicos de su congregación eran invitados en nuestro campamento. Él cantaba y tocaba el teclado. Al verlo en el escenarios comencé a sonreír y la verdad es que, no presté atención a lo que cantaba. Tiene una voz muy hermosa. Es muy talentoso.
Luego de cantar bajó del escenario y todo el mundo le pedía una selfie. Incluso mi mejor amigo fue a sacarse una foto con él. Yo fui a sacarme la foto más para acompañar a mi mejor amigo que para tener una foto con el chico. De todos modos cuando me saqué la foto mi celular no llegó a guardarla.
  Era el tercer día de campamento y su congregación estaba juntando sus cosas para volver a su ciudad.
Ese día lloviznaba bastante y hacía frío. Me quedé por último en el predio ya que, la mayoría había vuelto a sus cabañas. En el salón donde estaba quedaban más o menos cinco chicos, entre ellos estaba el chico que me había llamado la atención. Él estaba sentado en un banco, solo, rozando una mano contra la otra para calentarlas. Me acerqué, comencé a hablarle y a hacerle preguntas. Él las respondía tímidamente. Me dijo que estaba por volver a su cabaña porque ya se iba y justamente yo también debía volver a la mía. Volvimos juntos, hablando sobre música, colegio, etc.
  El camino a la cabaña siempre me había parecido largo, pero hablando con él me pareció súper corto. Cuando estábamos por llegar a su cabaña me dijo que estaba buscando una universidad donde estudiar inglés. Le comenté que mi colegio tiene facultad de profesorado de inglés y le interesó tanto que me pidió mi número para que le enviara información sobre la facultad. Me puse nerviosa y demoré varios segundos en recordar mi número. No podía creer que un chico tan lindo me pidiera mi número! Sacó su celular para agendar mi número y yo saqué el mío porque no lo recordaba. En ese momento pasaron sus amigos y le gritaron que se apurara porque lo dejarían sino. Él sonrió y dijo que en unos minutos estaría en el auto. Le pasé mi número, nos despedimos y no volví a verlo.
  Quedaban dos días de campamento, los cuales pasé esperando el mensaje del chico. Cuando les conté lo que había sucedido a una de mis compañeras de cabaña comenzamos a saltar como locas (de emoción) y a reírnos. Pero durante esos dos días no recibí ningún mensaje.
Creí que se había olvidado de mí. Volví al colegio al día siguiente del campamento y mi mañana iba siendo súper aburrida. En un momento agarro mi celular para ver la hora y tenía un mensaje de él que decía: "Hola! Soy ****, el chico que canta jaja". Mi corazón comenzó a latir fuertísimo y me sonrojé. No se había olvidado de mí! Luego me pidió disculpas por no haberme escrito antes ya que estaba de viaje con su grupo de la iglesia. No me daba cuenta pero comenzaba a gustarme ese chico. Debo confesar que hice varias locuras de amor por él. Pero nunca se dió cuenta. Hasta ahora (dos años después del campamento) no sabe que me gusta, cree que sólo lo veo como un buen amigo y no me animo a decirle que en realidad me gusta mucho.

Relato N°2

Chico de 19 años:

  Planeaba ir a una fiesta con mis amigos. En ese tiempo me interesaba mucho una chica. Le escribí un mensaje de texto para invitarla a la fiesta. En realidad, yo planeaba ir con mis amigos pero como estaba hablando por chat con ella se me ocurrió invitarla. Primero me dijo que si iría. Yo ya estaba llegando una cuadra antes de su casa cuando recibo un mensaje suyo que decía que se quedaría en su casa y dormiría temprano. Estaba por dar media vuelta e irme al encuentro con mis amigos cuando vi que unos chicos llegaron a su casa, aplaudieron, ella los atendió y los dejó entrar. Creí que eran amigos que iban a cenar con ella. No le di mucha importancia. Volví al centro de la ciudad a reunirme con mis amigos e ir a la fiesta.
  En la fiesta iba todo bien. Estábamos bailando. En un momento uno de mis amigos me pide que vaya a la barra a comprar bebidas. Me hice paso entre la multitud y llegué a la barra. Pedí las bebidas y emprendí el camino de regreso. Ya estaba por llegar cuando vi que en una ronda estaba la chica que había dicho que dormiría temprano. Decidí escribirle un mensaje y preguntarle qué hacía. Respondió que estaba en su casa por dormir. Le dije que se veía linda con esa ropa. Respondió que no entendía de lo que hablaba. Le dije que mirara hacía el costado. Lo hizo y comenzó a reírse. Dijo que ya me había visto y que vendría a saludarme. Respondí que no hacía falta y volví con mis amigos. Desde ese día entendí que no podía fiarme de ella.
  La verdad es que yo también le mentí varias veces, y es por eso que aún somos amigos. Nunca le creo completamente y pienso que ella tampoco cree todo lo que digo.

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