Creo que esta es por lejos una de las noches más tranquilas y aburridas que ha existido en toda mi vida, estaba en este mismo lugar desde hace una hora con Ryan hablandome de cuanto ama a su novia, y yo estaba ahí debatiéndome entre decirle cortésmente que ya todos en el jodido país estaba completamente seguros de su amor por Brittany o decirle que cerrara el puto hocico y me dejara tomar en paz mi cerveza. Desde que salimos de nuestro apartamento había estado hablando de ella –algo habitual-, sobre cuanto la adoraba, que nunca la dejaría, que se casarían y toda esa mierda rosa y cursi que es el amor. Para mi es simple, si te gusta alguien: ve, háblale un poco y follen. El amor es algo que inventaron para hacer dinero, no existe, es una ilusión.
—No puedo creer que cumplamos cuatro años en unos días. ¿Te acuerdas cuando la vi por primera vez? No podía dejar de mirarla, estaba todo el tiempo tratando que me viera. Y lo peor de todo era que ella hacia lo mismo.—Dijo, y en ese instante creí que estaba presenciando en vivo y en directo la imagen de un dominado perrito faldero en lugar de la cara de mi mejor amigo.
—¿Cómo no recordarlo? Siempre te molestábamos por lo patético que te veías. Estabas prácticamente babeando en tu camisa y no dejabas de mirarla con cara de retrasado mental, todos sabíamos que iba a ser tuya. Tarde o temprano, pero sería tuya y ¡mírate ahora!
—Me está yendo de maravilla. Tengo a la mujer que amo y ella me ama. Tengo un gran trabajo, mis amigos y mi familia. —Dijo el, era totalmente feliz con todo eso, tiene lo que todo hombre quiere y mucho más.— Y a ti tampoco te va mal, solo te falta una buena chica.
Otra vez con lo mismo. Desde hace unos cinco meses estaban tratando de atarme a alguna familiar, amiga o conocida de Britt y no es que fueran feas o algo así, el problema era que todas y cada una eran mujeres desesperadas por una relación seria y exclusiva, eso no es lo mío. Porque, vamos, solo tengo veintidós. Tendré mucho tiempo -dentro de 10 o 15 años- para establecerme seriamente con alguien (si es que eso sucede).
—Estoy bien como estoy, no lo compliques. —Murmure malhumorado.
—No trato de arruinar nada.Solo deberías pensarlo, no es tan malo tener emociones hacia alguien.
—Si tú lo dices.—En el momento que el abrió la boca para darme uno de sus aburridos sermones de abuelita sobre que no debía ser tan negativo al amor y que debía buscar a una chica y todas esas cosas, recibió un mensaje de <<Mi Amor>> como la tenía en sus contactos y me salve de sus palabras. ¡Gracias al cielo!
Recorriendo el sitio con la mirada, vi lo mismo de siempre. Chicas fáciles, chicos ebrios tratando de ligárselas, un par de carameras con ropa ajustada y medidas exageradas de culo y tetas. Casi todos eran los mismos, en la barra, en la pista, en la…
—Mierda.— Susurre casi atragantándome con la cerveza que estaba tomando. Por la puerta se veía como entraban –casi en cámara lenta- cuatro de las mujeres más calientes del mundo,y no como las operadas y artificiales de aquí,no, desde lejos se notaba que eran las más reales, calientes y eróticas mujeres que Dios con todo su poder podría haber creado. Y había variedad.
Una rubia natural, alta y con un buen par de tetas camina riéndose junto a una alta pelirroja que podría encenderte hasta las llamas en un instante, un poco más atrás van una realmente muy alta morena con otra rubia más delgada que la primera, pero esta tan buena como las otras tres, todas con magníficos vestidos cortos que se ajustan maravillosamente a cada parte de sus cuerpos. Pero de repente desvío la mirada a una pequeña chica de largo pelo castaño con un vestido corto y negro de cremallera al frente. Va con los brazos cruzados sobre el pecho y una expresión malhumorada que la hace parecer más joven de lo que es, no debe tener más de diecisiete pero a pesar de ser bastante delgada, tiene con que defenderse.