Capítulo 10

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«Y me voy pensando en ti,

en lo mucho que yo te di.

Huracán fueron mis besos en tu piel, mi corazón.

Olvidando, el fuego muere de dolor.»

-Huracán, Monsieur Periné-




Kyungsoo miraba su teléfono, suspiró por milésima vez en el día, No encontraba a Chanyeol por ningún lado; había ido a su oficina, pero estaba cerrado. Incluso se aventuró a ir al café donde sólo encontró a Minseok ocupado. Después de aquel día, el alto se veía ausente, no paraba de mirar hacia el café, se removía los cabellos, caminaban de un lugar hacia otro, pero no decía nada, Kyungsoo sólo esperó pacientemente, pero ahora no respondía a sus llamadas.

Fue hasta en la noche cuando por fin pudo contactarlo...

-¿Dónde estás?-

-¿Para qué quiere saber, Kyungsoo?-

-No voy a detenerte Chanyeol, yo sólo... quiero estar contigo... acompañarte.-

Chanyeol no contestaba.

Lo único a lo que no podía acostumbrarse Kyungsoo, eran a los silencios de Chanyeol. Prefería mil veces su ira, que sentirlo distante.

Aún escuchaba su respiración y eso lo tranquilizaba un poco.

-¿Buscas compañía, guapo?-

Escucho al otro lado de la línea una voz femenina. Y sin darse cuenta su mano formó un puño.

-Chanyeol...- dijo peligrosamente bajo.

-No, gracias- respondió aburrido. -Te mando la ubicación por mensaje- y colgó.

Kyungsoo no sabía que estaba pasando, pero fuera lo que fuera quería que terminara rápido. No quería a su Chanyeol así. Quería al hombre apasionado, alegre, seguro del que se enamoró. Sabía que seguía ahí y estaba decidido a quedarse hasta que volviera.

Llegó minutos después el mensaje y se marchó...

Cuando llegó al bar, tuvo que tragarse el nudo que se formó en su garganta cuando vio a Chanyeol ahogado en alcohol. Se acercó lentamente y lo llamo...

-Chanyeol...-

-Vaya, estás aquí-

-...Sí-

Lo miró y se río

-Sabes qué es lo más patético de mi Kyungsoo. Que estoy en el mismo lugar que hace cinco años, cuando me dijiste que no vendrías. Tomé tanto esa noche, hice amigos momentáneos y brindé con ellos. Pero esa noche puede dejarte ir...-

Kyungsoo escuchó detenidamente; aunque cada palabra era una bofetada. Y sin poder evitarlos sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas...

-...y hoy, estoy otra vez llorando, tomando, brindando por la despedida...

Chanyeol ya no reía, ya no lo miraba. Simplemente lloraba.

-Lo siento tanto, Chanyeol...-

-No me entiendas mal. No te culpo de nada. Muchas veces he pensado que nos encontramos mucho antes de lo que debíamos. Ninguno de los dos sabíamos amar, sin embargo, lo hicimos. Pero ahora, siento que nos hemos vuelto a encontrar en el momento equivocado.

Chanyeol se quedó mirando su vaso y dio su último trago.

-¡Hey! ¿Te está haciendo llorar? ¿Por qué no mejor vienes conmigo? Puedo hacerte sentir algo más placentero

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