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Eras muy especial para mí...

Luego de mi explicación sobre porqué aquella esquina era mi lugar especial, nos quedamos un rato rodeados por el silencio.

—No me has dicho porqué este lugar es tu lugar especial —dije. Habías sonreído tristemente. La mayoría de tus sonrisas eran tristes, al igual que las mías.

Dirigiste tu mirada al cielo mientras yo mantuve mi mirada fija en ti.

—Hace un año, mis padres comenzaron a pelear. Los padres siempre pelean, nada nuevo. Pero esta vez era distinto: más frecuente, más fuerte e intenso. Un día, no soportaba escuchar más de sus gritos. Así que salí de la casa en medio de la noche y caminé por lo que parecieron horas. En algún momento, llegué aquí. Me tiré en el césped y solo miré las estrellas. No sé cómo explicarlo, pero se sintió mágico estar mirando algo tan hermoso mientras el silencio me rodeaba. Extrañaba el silencio luego de escuchar tantos gritos. Era como...

—¿Estar en otro mundo? —había preguntado yo, ocasionando que me miraras al fin. Yo sentía eso que decías, cuando estaba en mi esquina escuchando música.

Sonreíste brevemente. Y luego, volviste a fijar tu vista en el cielo.

—Exacto. Volví a casa después de eso y mis padres estaban tan enojados el uno con el otro que ni siquiera se dieron cuenta de que estuve fuera casi toda la noche. Todos los días estaban compuestos por peleas y gritos. Y todas las noches, sin darme cuenta, terminaba aquí acostado y disfrutando de la vista y el silencio.

Hiciste una pausa. Me miraste a los ojos con intensidad.

—Darcy, antes de ti, nunca había traído a alguien más aquí —dijiste.

Yo había sonreído, creyendo que yo debía haber sido muy especial para ti.

Ahora quisiera poder repetirte lo especial que tú eras para mí.

ERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora