N/A: Hello, guys! El prompt que escogí para hoy fue helado y café. La verdad es que este era un one-shot cortito que había dejado a la mitad para Tourniquet, pero decidí terminarlo y subirlo aquí aprovechando que el tema concordaba, je.
pd1. Creo que al final subiré todas las historias a esta hora (ya es el tercer día y la tercera vez que subo la historia a las 11 pm).
...
Día 3: Café helado.
[Ice Cream and Coffee / Helado y café]
Saeran desvió su mirada de su helado ostentoso a medio derretir y la posó en él. No pudo evitar fijarse en como su cabello rubio relucía gracias a las luces de neón que los rodeaban, grandes letras en mayúscula titilantes que manifiestan «ICE CREAM» y «SODA», de color amarillo y rosa respectivamente. Inclusive, más allá podía leerse «COOL» con letras azules brillando a través de la vidriera de la fachada. No eran más que palabras sueltas en inglés que tenían relación con la temática del local, cuya función era americanizar lo más posible la heladería de estilo retro setentero. El menor de los Choi no podía comprender cómo es que Yoosung lo había invitado a un lugar tan vistoso como ese, pero no se quejaba porque tenía que admitir que los helados que servían eran los mejores que había probado en toda su vida. Saeran se veía atraído por las porciones generosas, la crema formando prácticamente una torre de Babel y la salsa de manjar chorreando por los costados de una bonita copa de vidrio tallada.
Yoosung estaba feliz engullendo su café helado dentro de lo que parecía una jarra enorme, por lo que no lo observaba de vuelta. Y era gracioso, porque Saeran tenía el conocimiento de que poseía una mirada intensa a pesar de los lentes de contacto, y creía que el amante de los helados era él y no al revés. En un principio pensó que el chico pediría un café au lait como siempre solía hacer cuando pasaban por cafeterías, porque Yoosung era más de consumir cosas cálidas («dicen que eres lo que comes» pensó Saeran), pero esta vez se negó.
—Sé de sobra que pedirás un helado, así que me gustaría comer algo más acorde contigo. Además, ¿estás viendo los cafés helados que están en la carta? ¡Se ven deliciosos! Tengo que probar uno —fue lo que dijo.
Al llegar los pedidos, ambos se quedaron sin palabras ante el tamaño de ambos postres. Yoosung no escatimó ningún segundo en tomarles una fotografía y comenzar a degustar su café como si no hubiera un mañana, relamiéndose los labios tras sorber por la pajilla. Saeran también estaba contento al ver tanto helado de menta junto en su pedido, pero su atención se había concentrado más en Yoosung. Se sonreía al ver los ojos violetas del otro brillar con emoción infantil, y se entretenía con el recuerdo de como esa misma mirada se volvía adulta cada vez que las luces se apagaban en su departamento.
El muchacho de cabello decolorado se sujetó la barbilla con una de sus palmas, manteniendo un aire reflexivo. ¿Y si Yoosung Kim era como un helado? Colorido y atrayente en un comienzo, que se sabe derretir ante su contacto. Quién diría que pensar en esas comparaciones necias lo emocionarían tanto, al punto de tener que ocultar la parte inferior de su rostro tras su mano para evitar que alguien viera el sonrojo adornando sus mejillas levemente pecosas.
Tras despabilarse notó que el helado seguía intacto y Saeran no podía seguir aguardando para probarlo porque iba en contra de su ideología de amante de aquella golosina. Se llevó una cucharada a la boca, sintiendo como el sabor medio dulce de la menta se entremezclaba con el chocolate haciéndole sentir en el paraíso. Decidió llevarse a la boca un montón de crema cuando notó que Yoosung por fin había levantado la cabeza y tenía su mirada fija en él, viéndose notablemente confundido. Al parecer estaba rebuscando el helado porque cuando habló tenía la cuchara en vez de la pajilla en la boca, por lo que sus palabras más parecían balbuceos que otra cosa. Aun así, Saeran milagrosamente logró entenderle a la primera:
—¿Hm? ¿No lo vas a hacer ahora?
—¿Hacer qué? —consultó Saeran de vuelta, sin captar a qué se refería.
—Testear mi helado —contestó Yoosung, esta vez de forma clara y dejando nuevamente la cuchara larga sobre el platillo—. Siempre me robas un poco cuando te acompaño a comer barquillos para probar los sabores. ¿No quieres un poco de este?
El menor de los Choi al caer en cuenta alzó un poco sus cejas y paseó su mirada entre el café helado y su pareja, como si estuviera analizando la situación. No era un fanático de aquel brebaje caliente como lo era Yoosung, y sólo a veces solía tomarlo mayormente tibio durante las mañanas al desayunar. Pero, por otro lado, sí era cierto que tenía la costumbre de siempre arrebatarle un poco de helado a su novio cada vez que le pedía que fueran por algún cono o copa, porque el chico siempre cambiaba su elección durante cada ocasión y casi nunca las repetía. Un día era chocolate, el otro tres leches, frutos del bosque, cheesecake, merengue lúcuma, piña, selva negra, pistacho, pasas al ron y así; mientras que Saeran casi siempre terminaba escogiendo el de menta porque era su favorito. Según las palabras de Yoosung, lo hacía para que ambos pudieran ir probando todos los sabores de helados existentes en la ciudad. Sabía que Saeran adoraba el de menta, pero ¿y si cambiaba de predilección? Conocer nuevos sabores no le hacía mal a nadie.
Saeran se enderezó en su asiento entretanto Yoosung empujaba su jarra de vidrio grueso hacia él, expectante.
—Pero no es un helado de por sí...
—Es café pero igualmente tiene helado, mira —mencionó señalando el centro del recipiente. Todavía podía apreciarse la capa helado de vainilla pseudo mezclada con la crema y el café, con los colores un poco distorsionados por culpa de las luces de neón—. Es como... ¿helado de vainilla con un toque de café?
El chico, al oírlo, trató de ahogar una carcajada.
—¿Qué clase de descripción es esa? —murmuró con una sonrisa burlesca.
—¡Tú me entiendes! —respondió Yoosung frunciendo un poco el ceño al verse molestado. No obstante su expresión se suavizó enseguida, hablándole a Saeran con la dulzura marcada en su tono de voz—: Está delicioso, tal y como lo había predicho. Deberías probarlo.
Y Yoosung sonrió, con las luces de neón reluciendo en su cabello y en su mirada cambiante. Reluciendo también en su amabilidad y en su entusiasmo colorido. Al parecer a Saeran le costaba mantener bajo una línea sus pensamientos necios, porque nuevamente acabó perdiéndose mientras indagaba el cómo Yoosung no dejaba de ser cálido como el café que tanto le gustaba. ¿O quizás en este caso él era el café y Yoosung el helado que se derretía...?
De a poco Saeran llegó a la conclusión de que el chico era, justamente, como el café helado que le estaba ofreciendo. Una composición perfecta, que se llevaba lo mejor de dos partes que no dejaban de pertenecer a él mismo.
Saeran calmó el torbellino que se desataba en su cabeza, tomó aire y murmuró con suavidad:
—No es precisamente de ese helado el que quiero.
—¿Uh? ¿Y qué helado quieres?
Yoosung no tenía idea de lo capciosa de la pregunta, y Saeran tampoco parecía interesado en responderle a base de palabras. Es por eso que se removió en su silla, y de un momento a otro se puso de pie dejando atrás su copa de helado a medio comer. Rápidamente se acercó a Yoosung, quien seguía cada uno de sus movimientos con la confusión marcada en su rostro, y se inclinó para besarlo sin darle tiempo para reaccionar. Sin importarle el hecho de que se encontraran en un lugar público, porque en el local de aire retro setentero nadie parecía estar al pendiente de ellos. Aprovechó de saborearlo, degustando el café y la vainilla de sus labios azucarados.
El café helado, ubicado justo al centro de la mesa, comenzó a derretirse.
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Contrastes (YooRan / Mystic Messenger)
Fanfiction[Para la YooRan week organizada en Tumblr] Son muy diferentes entre sí, pero se quieren (Conjunto #2 de viñetas YooRan. La #1 está en mi Fanfiction).