Cesta

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En la mesa del comedor estaba la genérica cesta, hecha con tiras y tiras de madera, esta cesta muy pronto se llenó de frutas, frutas comunes y corrientes, de colores vivos que adornaban bien al comedor.

Momentos más tardes se percibía un olor proviniente de la cesta de frutas, un olor desagradable que cubria por completo todo el comedor, una de las frutas era la culpable, solo una: la piña.

Sus imagenes eran evidentes esta marchita, achicada, derrotada, cual putrefacción.

La angustia aumentaba para la pobre piña, pues las imagenes que la describen es motivo de desaprobación, - "¿que ocurre?" -, murmuró la piña algo asustada. Las demás frutas se alejaron, creando un circulo alrededor de la piña, - "¿que hacen?" -, el tono enfermo de su voz creaba miedo, haciendo que el circulo frutal se expandiera, la piña se devilitaba: - " ¿por qué se alejan? ¿Huelo mal? ¡Diganme!" -, con su voz casi apagada.

Las preguntas simples de la piña flotaban sin respuesta en el aire, creando aun más aungustia a la piña.

Se estaba desvaneciendo: el color amarillo anaranjozo característico se degradaba, la "corona" se achicaba mientras se torcía, las moscas revoloteaban encima de ella.

Su desilucionante situación para las otras frutas, era ovbiamente, inusual, diferente y extraño, por lo tanto se cohibían ante la piña.

La piña decidió cerrar los ojos, respirar profundo, inhalar, exhalar, trataba de encontrar la salida del laberinto, tropezandoce con callejones sin salida cada vez, caminando en círculos, enredandoce cada vez más, en sus propios pensamientos, tratando de saber el qué esta pasando, -¿seré yo? ¿Será mi aspecto? ¿Mi olor, mi sabor?-, con cada pregunta planteada se hacian los callejones aun más estrechos, complicando de sobremanera la problemática.

desfavorecida la piña de igual manera se arriesgó a perderse más, con la seguridad que hallaría la salida, pero la desesperación y el sentimiento de rechazo se apoderaron de ella y afirmó que esto era una pesadilla, pues algunos susurros se escuchaban, aumentando cada vez el volumen transformandoce en pasos, profundos y retumbantes, tal y como los de un gigante, la piña no podia parar de temblar; el miedo estaba presente, pero ella luchó en contra del temor para buscar la anhelada salida, pero era tarde, la pobre piña muy tarde se dio cuenta que el laberinto no tenia salida, ella ya no pudo aguantar más, el miedo reinó.

Los pasos que adornaban catastroficamente al laberinto estaban acercandoce, cada vez más y más sonoros, acorralada en una esquina la piña no tenia opción, aceptar su frutal destino.

Abrió los ojos, trató de esperar lo peor, al ver cada una de las frutas alejadas, todas con una mirada de decepción, de asco y repudio.

Las verduras de la fruta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora