10.Bajo los túneles

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10. bajo los túneles

Scott no creía en los fantasmas. Las personas  muertas se quedaban ahí, muertas, pero solo escuchar el eco de los túneles de debajo del parque de diversiones de Undercity hacía temblar a Scott, le ponía la piel de gallina.  Nadie sabe cómo llegamos aquí, y en realidad fue por una razón muy estúpida.

-¿Cuándo crees que lleguemos?-.le dije a Scott mientras mis tenis blanco se manchaban con el barro y excremento que había en los túneles. Los túneles olían a excremento y a orina, con una combinación de perro mojado, estaba sencillamente asqueroso.

-no debe faltar mucho-.Scott sabía que faltaba demasiado todavía, al igual que yo, pero para poder darme algo de esperanza, Scott lo dijo. <<Hemos estado dos horas caminando, y todavía no hayamos nada>> pensé. Han sido las dos horas más largas de mi vida.

Todo esto comenzó hace dos semanas, desde que sepia se enfadó conmigo por no ir a verla. Está bien, soy culpable, en vez de ayudarla o mejor dicho apoyarla en estos difíciles momentos para ella, me dedique a consumir metanfetaminas con alguien que estaba y está detrás mío (con detrás me refiero a que le gusto). Las metanfetaminas eran drogas, unas drogas que se consumían en píldoras, pero no era cualquier droga, uno más bien era una estimulante. Los efectos a favor eran que se me pasaba la depresión por la cual estaba pasando, me sentía feliz, andaba activo. Los efectos en contra en primer lugar es el aceleramiento del corazón, lo hacía latir muy rápido, y después del efecto uno andaba más agresivo de lo común, y lo peor de todo esto es que era consiente, mi cuerpo me mandaba .como un consumido que dependía de otra persona para consumir (me refiero a que dependo de Scott para conseguir las metanfetaminas) siempre iba a la casa de Scott. Un viernes cualquiera después de clases acompaño a Scott a su casa y aprovecha de darme una metanfetamina, pero el viernes hace dos semanas a Scott se le habían acabado. Debido a eso las horas estaban pasando lentas para mí, mi cuerpo y mi mene me exigían más metanfetaminas. Al señor que le compraba no era nadie más ni nadie menos que el farmacéutico de la ciudad de Undercity. Santiago días era el nombre de este tipo. Santiago era unos de los traficantes más poderosos del estado de surimi. Él era latino, venia de Brasil. Cuando el señor Santiago se tenía que juntar con un comprador se aseguraba de que este viniera con la menor gente posible, aparte él tiene como alrededor de unos veinte guardaespaldas. Nuca lo habían atrapado y nunca lo van a atrapar, él es tan meticuloso en todo sentido. Esta vez Santiago contacto con Scott y le dijo que se encontraría en unos salones debajo del parque de Undercity.

Scott estaba muy asustado, lo bastante, mientras más nos acercábamos a los salones el eco se hacía más fuerte, y sonaban murmullos.

-¡llegamos!-dijo Scott. Al decirlo o mejor dicho al gritarlo, su cara cambio completamente.  De estar asustado con escalofríos pasó a estar con la mayor cara de felicidad. Cuando Scott sonreí se le formaban las margaritas  en las mejillas, y sus dientes perfectamente blancos y formados iluminaban como perlas.

-¡al fin llegamos ¡-. Dije yo. Estaba totalmente aliviado. Me dolían demasiado las piernas y aunque prácticamente no las podía sentir e, camine unos cuantos metros más y me senté (dentro del salón, que porsiacaso había un asiento). Mientras Scott  saludo y comenzó a hablar yo me puse mis audífonos  y comencé a pensar en cómo se encontraría sepia, ¿estaría bien?, ¿Su tío habrá mejorado algo? Debido a eso me comencé a sentir muy culpable. el amorío que tuve con delia no fue más que un amor de verano , me canse de sentirme mal por  algo que duro como unos dos meses , me canse de sentirme patético , era hora de reiniciarme, así que me propuse una cosa ; “tengo que evitar ser yo mismo”.

Después de la hora y media que pase reflexionando sobre todo esto llegue a una conclusión; era un antisocial. Mañana iría al instituto para poder hacer amigos. Dejar de ser un antisocial

Por fin termino la reunión, Scott esta entre enojado y triste, eso solo significaba una cosa, algo malo había pasado. Cuando algo sale mal o no le parece a Scott en siempre arruga las cejas y hace unos minis pucheros .se acercó a mí y yo me pare para poder preguntarle

-¿hay algún problema?-dije yo ultra preocupado

-¿Qué sucede escote?-.en ese momento se me ocurrió decirlo así, no sé, para poder mejorar en lago el ambiente.

-dos cosas; la primera es que nos subieron el valor de la metanfetamina muy alto y la segunda es que ¡nunca me llames Scott!-.cuando él dijo la segunda razón, me miro como diciéndome <<cállate, idiota>>.vivir sin drogas sería difícil, la sensación aun está ahí, mi cuerpo me pedía más y más droga.

-¿pero compraste algo, cierto?-dije yo algo enfadado y con baja esperanza. Scott movió la cabeza de un lado a otro, eso significaba un no

-¡Scott eres un estúpido, no haces nada bien!-le  grite a Scott, no era yo el que controlaba mi comportamiento, sino, mi cuerpo. Scott había hecho lo que 3pudo pero mi cuerpo no aceptaba eso

-pero, hice lo que pude-.dijo Scott verdaderamente triste. Me  miraba con cara de perrito maltratado. no podía controlar mi cuerpo, está sufriendo los efectos de la metanfetamina .sin pensarlo y mi cuerpo enfadado y el corazón acelerado a mas no poder a punto de tener un ataque al corazón , le pegue un puñetazo gigante a Scott en la cara . Le llegue a pegar tan fuerte que hasta le pude sacar sangre. Eso me recordó cuando estábamos en Levittown, él estaba drogado. Estaba totalmente arrepentido y cuando por fin pude tomar control de mí mismo me acerque a Scott y le dije un;<<lo siento>> muy sincero, Scott me miro y salió corriendo, no le importo cruzar los túneles solo,  los ecos, todo lo que daba miedo. Que va, tenía que seguirlo, trate de seguirle el rastro, pero no pude alcanzarlo, Scott era muy rápido. Scott era mi mejor amigo y lo había tratado muy mal, sinceramente no me merezco un amigo como Scott, porque siempre ha sido muy bueno conmigo.

Ya llevaba otra hora metida en ese túnel, esta vez para poder salir. Estaba solo, me daba y me miedo seguir adelante (me refiero al camino). Comencé a reflexionar lo mal amigo que había sido con Scott. De pronto una sombra de una persona se fue cada vez acercando. Cada vez más cerca

-hola-.dijo el tipo. Era alto, media como un metro ochenta, tenía los ojos marrones (eran hermosos) y tenía un buen cuerpo, aunque sus diente estaban algo disparejos, su pelo largo que le llegaba al cuello de color castaño lo compensaba. Llevaba unos blue janes  con una polera blanca apretadísima que hacia resaltar su gran figura y unas zapatillas niques  de color azules, que aunque en el túnel se veía como si fueran de color negro

-hola, ¿Quién eres?-.le dije. Nunca lo había visto o simplemente no me acordaba de el. Estaba dudoso acerca de quién era, ¿sería alguien importante?

-me llamo Patrick, ¿y tú eres...?-.cuando me pregunto el nombre me acorde  de que lo había visto, claro, como no se me ocurrio. No lo había visto en persona, sino, en una fotografía la cual estaba en casa de Scott. Scott salía de espaldas junto a Patrick. Cuando apenas Scott y yo nos conocimos me conto sobre su mejor amigo. Scott fue a una florería a comprar claveles rojos para la tumba de su abuela ,  y el tipo que lo atendió fue Patrick , desde ese momento Scott iba a comprar flores todos los día para poder ver a Patrick , se gustaban tanto , que tuvieron una cita luego sexo , pero no funciono, entonces desde ese instante comenzaron a hacer mejores amigos .

-me llamo san, san fax- cuando le dije mi nombre hubo un silencio rotundo, el me miro con cara de desafío

-tú eres el que hace sufrir a Scott - ¿de dónde había sacado eso?, Scott le tuvo  que haber contado algo, no podía creerlo está en un momento totalmente incomodo

-sí, soy yo, ¿algún problema?– dije con voz desafiante

-claro que hay un problemas, hace sufrir a Scott, y él no tiene la culpa de que tú seas un amigo que vale mierda, sabes-.dijo totalmente enojado.-y para que le das esperanza de que algún día estarán juntos, si tú no eres gay-estaba impactado, aunque en el fondo, muy en el fondo el tenía razón.

-¡tú no sabes nada!-después de ese grito comencé a correr sin importar nada 

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