TaeHyung acariciaba la tierna piel del pecho del mayor, besando cada parte que sus manos tocaban.
— Mhm, T-Tae.. — Los rojos belfos del mayor fueron atrapados con los del menor, sus lenguas reconociendose inmediatamente y jugando entre ellas.
Las sensuales caderas del pelirrojo moviéndose contra la pelvis de TaeHyung, tratando de apresurar aquél momento.
— Hoseok... No.— El castaño se había alejado de él, negando. Se suponía que sólo iban a ser unos roces, pero Hoseok quería más. Pero TaeHyung nunca se lo daba, siempre negando y diciendo; O que se sentía cansado o que no tenía ganas.
Hoseok sabía que algo estaba ocurriendo, pero siempre que le preguntaba al castaño que era lo que pasaba, nunca le respondía. Siempre escapaba.
¿Cuánto llevaban así? Aproximadamente... ¿Un año? Demasiado tiempo. Lo único “Íntimo” que realmente tenían, eran roces, mamadas o besos fogosos. Hoseok a ello ya estaba casi acostumbrado. A veces su conciencia le decía que quizás tenía a alguien más, y no podía negar que ello podía ser una opción. ¿Pero porqué sería tan egoísta y cobarde para no decirle aquello? Conoce perfectamente a TaeHyung como para saber que no andaría con rodeos y le diría directamente que quiere que terminen o que tiene un amante.
Por lo que Hoseok no se preocupaba por ese lado, o por lo menos no quería hacerlo.
— ¿Porque? ¿Qué pasó ahora? — Hoseok se incorporó, colocándose como indio. Observando como TaeHyung volvía su polera a su posición original.
— Nada, simplemente. No tengo ganas. — El castaño alcanzó por el su camisa, estirandosela
— Pff. — Hoseok bufó, colocándose su camisa de mala gana. — Como siempre.
Y sin más se levantó de la cama. Dirigiéndose a su armario para buscar algún poleron que lo abrigara del frío viento que caía en las tardes en Seúl.
— ¿Dónde vas? — TaeHyung observó como su esposo se colocaba un poleron, unas sandalias y tomaba su teléfono y audífonos de su cómoda.
— Voy a caminar un rato.— Miró por un micro segundo a TaeHyung antes de dar la vuelta y salir, sin decir adiós.
— ¡Ten cuidado! — Eufórico TaeHyung gritó, casi como si estuviera emocionado.
— Eh, Jimin. — Hoseok saludó a su menor con un corto abrazo. A lo que fue correspondido.
— ¡Hola, Hyung! — El rubio mostró sus pequeñas medias lunas, haciendo sonreír al más alto.— Siéntese.
El pelirrojo hizo lo dicho, tomando asiento frente al bajo.
— He pedido unos capuccinos y unos pasteles de Vainilla de esos que te gustan. — Jimin pronunció antes de que Hoseok fuera a preguntar por ello.
— Oh, valla. Me conoces bien, ChimChim. — Guiñó un ojo en forma de broma al rubio. Haciéndole reír.
— ¿Qué esperas, eh? Soy tú mejor amigo, tonto. — Se hizo el ofendido, mirando con expresión sorprendida al mayor.
— ¿Cómo que tonto, pendejo? — Hoseok jaló una de las hebras rubias que poseía el más bajo.
— ¡Ay, Hyung! — Jimin chilló, tocándose el lugar afectado con sus dos pequeñitas manos.— Mi pelo es delicado, por favor. No lo toque señor. — Intentó hacer una voz extremadamente profunda, haciendo un signo de pare a Hoseok.
Hoseok sólo río, pegándole un 'delicado' golpe en la cabeza.
— Sus pedidos. — Mientras que Jimin estaba derrumbado en la mesa por el golpe, la comida llegó. Haciéndoles sonreír a los dos.
— Gracias. — Agradecieron al unisono, tomando los platillos que le eran entregados.
Y en el momento en el que el camarero se fue empezaron a comer, conversando sobre cualquier cosa trivial. Eso, hasta que Jimin preguntó por su matrimonio.
— ¿Y... Cómo van las cosas con TaeHyung? — Jimin comió el último pedazo que quedaba del pastel, dejando el plato completamente vacío. Hoseok se encogió de hombros
— Como siempre. — Con eso, Hoseok lo decía todo.
— Sabes... Hace un tiempo, cuando estaba con JungKook, tu sabes. Una amiga mía me recomendó un terapeuta sexual. Nunca fuí ya que las cosas funcionaron finalmente, pero me dijo que era muy bueno. Por lo que te recomiendo que vayan, yo creo que así podrán arreglar sus cosas.
Hoseok lo pensó por unos segundos, pero finalmente negó. Las cosas no estaban tan mal como para llegar a ese extremo, ¿Verdad?
— Vamos hyung, ir les hará bien, a usted y a TaeHyung. Podrán arreglar sus problemas si van, él es el mejor terapeuta que hay. — Jimin sacó su teléfono del bolsillo de su chaqueta de cuero. — Bien, le he enviado la dirección y el número del lugar a su Kakao, para que valla cuando se decida, ¿De acuerdo? Primeramente que lo pensará. — Jimin extendió su mano libre por encima de la mesa, agarrando la de Hoseok. Brindándole su apoyo de esa forma.
— Está bien. — El pelirrojo asintió. Dándole una sonrisa conmovida a Jimin. — Gracias, Jiminnie.
Realmente lo pensaría, pero no estaba seguro si fuera necesario. Quizás, sólo debería ser el que tratara de sobre llevar la situación y que algún día las cosas se darían por si solas.
Bueno, eso lleva pensando desde el tercer mes de casados.
Mierda, necesitaban ir.
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terapia sexual, yoonseok
FanfictionYoonGi era un terapeuta sexual y Hoseok era su mejor paciente. -Hoseok bottom. -Contenido vulgar. -Actualizaciones lentas.